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Los dividendos sociales del acuerdo de paz con las Farc

Afirma el presidente Santos que el acuerdo de paz firmado con las Farc fue más allá de las expectativas, pero que aún faltan detalles por precisar en el pacto sobre justicia. Esperamos que el 2016 sea el año de la paz. Cada vez estamos más cerca. Este gran suceso cambiará la historia política del país y aportará altos dividendos económicos, sociales y ambientales, formando así “un círculo virtuoso”.

Esperamos que el Eln se suba al tren de la paz y entienda que se les agota el tiempo. Además, Colombia firmó en la asamblea de la ONU el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible durante los próximos 15 años de lucha frontal contra la pobreza y las desigualdades, condiciones necesarias para la construcción de la paz.

En América Latina nuestro país es pionero en la disminución de la pobreza con indicadores ciertos y medibles. El presidente Obama está muy interesado que Colombia se comprometa con la participación de nuestras experimentadas tropas en la conformación de un grupo dedicado a las misiones de paz hacia el futuro. Hoy estamos en el radar de los inversionistas y de la comunidad internacional por la firmeza de nuestras instituciones y el respeto al derecho internacional que nos muestra como uno de los países con la capacidad de liderar misiones de paz en otros territorios que quieran hacer tránsito hacia el posconflicto.

Las Farc tienen claro que se trata de cambiar las armas por la política y este es un paso muy grande para su transformación en un movimiento político legal, formando así un objetivo compartido que contará con el apoyo del gobierno Santos. Todos sabemos que la seguridad es un compromiso del Estado que tiene la obligación de brindar las garantías necesarias para no repetir la dolorosa historia de la Unión Patriótica, que todavía nos sonroja y señala con mirada inquisidora que ese no es el camino. Debe quedar muy entendido que el acuerdo sobre justicia no fue diseñado para que haya venganza ni humillación, pero tanto la guerrilla como la Fuerza Pública necesitan su seguridad jurídica.

¡Quedan tareas importante por cumplir para que el 23 de marzo de 2016, pueda pasar a la historia como el día que Colombia puso fin a un conflicto armado inútil, estéril y sin grandeza. Es la fecha en que los colombianos empezaremos a comulgar con la sensatez y el sentido común. ¡No podemos perder un diamante por estar cosechando piedras!

No todos en Colombia estarán contentos con lo pactado en La Habana, pero seguimos de acuerdo con la sabia afirmación de Ángela Robledo: “Prefiero una paz imperfecta, a una guerra perpetua”.

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