En este ejercicio de generación de opinión, Valledupar siempre está en mi agenda. Con mirada profunda y propositiva varios artículos le he dedicado, haciendo énfasis en sus principales debilidades, fortalezas y oportunidades.
Para 2019 el presupuesto del municipio se caracteriza por ser el que más metas del plan de desarrollo cerrará. Son 726 mil millones de pesos de los cuales se direccionan el 91 % para gastos de inversión; el 8 % para gastos de funcionamiento y el 1 % para gasto a la deuda.
En esta vigencia habrá elecciones. Varios precandidatos a la Alcaldía aparecen haciendo ruido y criticando al actual gobierno. Supongo que esos instrumentos son sus principales estrategias. A algunos los noto carentes de liderazgo, la experiencia en el manejo de lo público es exigua, no generan credibilidad y en materia de gestión tienen poco para mostrar. Son como los cántaros vacíos. Ustedes que osados leen estas líneas estarán deseosos de encontrar nombres y apellidos de los precandidatos a los que me refiero, sin embargo, prudencia es por ahora una virtud que debo atesorar, porque a pesar de todo vivimos en una democracia.
Por supuesto, asumir aspiraciones de elección popular es un derecho constitucional. No obstante, para el caso de Valledupar es menester advertir lo que se ha constituido en un negocio: el montaje de una campaña política para luego desmontarla con el fin de adherir al candidato con mayores opciones de ganar. Esta falacia estratégica es una mentira montada en afinidad programática.
Valledupar, durante el año 2018 se mantuvo en el top cinco de las ciudades de Colombia con mayor tasa de desempleo. El resultado de ese indicador alcanzó el 14,6 % el año anterior, aumentado en 2,4 % respecto del año 2017. Seguro coincidimos en que el desempleo es el principal desafío que deben analizar los precandidatos a la Alcaldía. Superar el diagnostico significa un hecho de gestión, que en términos reales debe materializar la respuesta al interrogante sobre las razones por las cuales la ciudad no es atractiva para el inversionista. La fórmula para generar empleo no es un acto mágico, si no con gestión empresarial y actitud holística como se resuelve la ecuación.
Construir el futuro de Valledupar requiere análisis del contexto con criterio técnico, para formular planes que puedan cumplirse, no solo en la medición de los indicadores, si no en la evaluación del impacto. Ese es el espíritu del descrestaste concepto de política pública.
Inseguridad, movilidad, transporte, economía naranja y el éxodo de venezolanos son políticas sectoriales que deben gestionarse mediante los lineamientos que desarrollen el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente Iván Duque. En vez de discursos veintejulieros los precandidatos deben invertir sus energías construyendo el plan de gobierno, considerando los planes, programas y proyectos del orden nacional, para articularlos con los escenarios previstos en el territorio.