Dos delfines nuevos se lanzaron a las aguas de la política. Se trata de Ciro Pupo Gutiérrez, hijo del exalcalde Ciro Pupo Castro, y André David Molina Carvajal, hijo del exgobernador Hernando Molina. Ambos son candidatos al Concejo de Valledupar. Ciro Pupo por el partido Cambio Radical y André Molina por el partido Liberal.
Más allá de los resultados electorales, si se ahogan o llegan, el deseo es que no sigan algunos pasos de sus padres para que no tengan problemas con la justicia.
Nadie quiere al uribismo en la campaña
En época de elecciones, hay que cuidar las comunicaciones. El candidato a la Gobernación del Cesar, Antonio Sanguino, se disgustó por un comentario de José Obdulio Gaviria en el que felicitaba a Claudia Margarita Zuleta por criticar la política minera del presidente Gustavo Petro.
Como dijo Sanguino, el uribismo solo le hace daño a la juntanza. Y como Claudia ha tenido claro eso desde un comienzo siempre ha ocultado el nombre del partido que la avala: Centro Democrático. En este caso, el partido no es lo importante.
Vamos a ver en qué termina esa juntanza. Ojalá alguien les diga a los candidatos que no tienen dos años para hablar, que las elecciones se realizarán el otro mes.
En la política toca acomodarse
Si combinamos el rojo con el azul sale un violeta, lila o morado. De ese color andan Fawzi Muvdi, candidato a la Asamblea, y el congresista Libardo Cruz. La mezcla de la campaña.
A Fawzi, de familia liberal de toda la vida, le tocó mandar a guardar temporalmente las camisas rojas y salir a comprar azules porque Carlos Felipe Quintero no le quiso dar el aval en el partido que años atrás lideraba su padre.
Y por cosas de la vida, el diputado Camilo Lacouture se peleó con Ape Cuello, y decidió lanzar su reemplazo por la U. Esa vacante quedó en manos de Fawzi, viejo amigo de Ape. Ahora, anda de la mano de los azules aunque dice que su corazón es rojo.
Por Don Pilo