Según las autoridades del país cada año los funcionarios corruptos se hurtan más de 50 billones de pesos de los presupuestos, pero eso no importa, porque en las elecciones del 11 de marzo, el 47 % de los ciudadanos “corrió” a votar por el mismo Congreso.
Se afirma, incluso, que comprando votos a $ 120 mil en La Guajira y a $ 70 y $100 mil en el Cesar, salieron electos varios congresistas. Y espántese usted, se asegura que hubo pueblos y barrios del Cesar en donde los políticos compraron todos los votos, o es mejor decir: los ciudadanos vendieron sus votos.
Según mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan, estamos en Colombia, eso no deshonra a nadie, ya vienen las próximas elecciones y volverá a pasar lo mismo, los colombianos “montarán”, otra vez, a un Presidente “comprado”, con una abstención igual o mayor al 53 % y podrán hacer lo mismo para gobernaciones, alcaldías, asamblea y concejos.
Aterran las declaraciones del Contralor Edgardo Maya: “Nosotros tenemos unos cálculos de entre $ 40 y $ 50 billones que se apropian los corruptos de todos los presupuestos nacionales” (El Heraldo, 2017). Entonces, ¿por qué no capturan a los delincuentes?
Los funcionarios públicos no aprenden y no respetan lo ajeno, como principio universal de honradez.
En cambio, los estudiantes de la Universidad Popular del Cesar si están sintonizados con ese estigma de respetar lo ajeno. El viernes anterior mientras le prestaba asesoría a un grupo de estudiantes de Psicología, uno de ellos aplicó ese principio.
Se trata Tony Junior Contreras Castillo, un joven de 16 años, oriundo de Albania, La Guajira, estudiante de primer semestre de Psicología. Ocurrió en el salón 208 del bloque H, cuando Tony se encontró $8 mil en el piso. Los recogió y me dijo: “profe, a alguien se le cayó este dinero”.
Él pudo ocultarlo para quedárselo, pero no, él no es como los corruptos del país. “Lo ajeno es ajeno, eso me enseñaron mis padres Thomas Contreras y María Castillo”, dijo.
El lunes cuando acudí a clases en la UPC recibí la gran noticia. Tony encontró a la dueña de los cuatro billetes de $2 mil, es Jineth Carina Galindo González, una de sus compañeras de estudios. Ella explicó que ese día se tuvo que ir a pie para su casa y agradeció el valeroso gesto de Tony. “Ojalá todos fuéramos como Tony, especialmente los políticos”, dijo Jineth mientras sus compañeros le brindaban un fuerte aplauso a Tony. Hasta la próxima semana.
@tiochiro