En protestar y quejarse de las tales ciclorutas o carriles de la carrera 9ª (1.7 kilómetros). Estrés, preocupación, inconformidad de los propietarios de los locales, conductores furiosos, así se puede resumir hasta ahora lo que ha producido la medida tomada por la Secretaría de Tránsito con relación a estos trabajos. De acuerdo con un muestreo, en una semana sólo circularon tres bicicletas.
Producto de esta medida, la congestión del tráfico vehicular en esta vía, parece una procesión sin fin. Así lo he venido comprobando, he recorrido palmo a palmo la carrera novena y lo que observo es un despelote total en la movilidad y esta se dañó y el comercio empeoró.
La principal conclusión que se saca es que se advierte una improvisación y precipitud con esta medida y lo que se nota es que este corredor vial sirve más bien de parqueo, tránsito de motos y menos de bicicletas y esto tiene su explicación: por el centro nadie trafica en estos vehículos. Por esto es que hoy hay más críticas que aceptaciones.
La novena se angostó vehicularmente, se volvió un hervidero, sobre todo en las horas pico. Si un solo carro se detiene, la fila puede llegar a 300 metros (tres cuadras). Yo diría que la novena se ha convertido en un tubo de agua. Si usted le reduce el tamaño, le va a disminuir el flujo. En el caso de la novena, desapareció con esta medida un carril vehicular, agréguele a esto la falta de pedagogía y de pronto, una señalización adecuada, hacen que los peatones, motos y carros invadan el carril que se supone es para las bicicletas. Los bolarditos nadie los respeta y los vehículos pasan por encima de ellos, dentro de poco, no habrá bolardos, se acordarán de mí.
Para mí la cicloruta fue implantada biche, de pronto, en otras vías podrían dar resultados (avenidas amplias), pero en este sitio no. Se evidencia mucha improvisación en la medida. La iniciativa puede ser buena para otro sector. Faltó estudiar dos ejes: la primera, comerciantes, conductores, peatones y ciclistas. La segunda, la planeación del tráfico. Si esta medida se implementa en la calle 17 será peor.
Otro temita:
Es el espacio público, que no es un problema nuevo. Sin embargo, esto no puede conducirnos al conformismo y a la resignación. Es un asunto preocupante ver el peatón, como sucede en la Calle del Cesar y aledañas, arriesgando su vida en la calle al estar el andén totalmente ocupado por personas, por lo general, no se encuentran en situación de vulnerabilidad, pues muchas veces se trata de comerciantes que prefieren sacar provecho de la ventaja de no tener que pagar arriendos ni impuestos, ni someterse al control de la autoridad para montar sus pequeños almacenes en las calles y si se tolera se está enviando un mensaje que ser formal no paga.
No estoy de acuerdo con una política represiva pero es necesario que las autoridades atiendan este fenómeno en toda su complejidad. Logrado esto podemos pensar en peatonalizar la Calle del Cesar.