COLUMNA PEDAGOGICA
Por: Gonzalo E. Quiroz Martínez
Sale nuevamente esta columna, después de haberme mejorado notablemente del accidente de la mano izquierda, de la cual fui intervenido quirúrgicamente. No obstante, me hacía mucha falta opinar y hasta de aclarar muchas circunstancias relacionadas con el devenir político, educativo y económico de la región.
Pero desafortunadamente el panorama educativo del Cesar, en todos los renglones de no es alentador ni está mostrando los resultados para aplicar como indicador de competitividad
Las preguntas de entrada sería ¿Cómo anda la educación del Cesar?, ¿Cómo andamos de cobertura y calidad?, ¿Será que los medios de comunicación y la comunidad conocen los resultados a plenitud de las pruebas ICFES, SABER y ECAES, todos del año 2009?.
¿En qué nivel se encuentra el sector privado y en qué nivel se encuentra el sector público?. ¿Hay alguna razón profunda para que la UPC, sea tal vez la única universidad del mundo que no haya comenzado clases en el presente año?.
La universidad desde el desarrollo de pensamiento es democracia y divergencia pura, pero la academia es neutral y para su desarrollo requiere de docentes altamente cualificados desde la pertinencia laboral, productiva, investigativa y académica. Una universidad que se respete no vive del chisme y comentarios lambones, una universidad vive de su gestión académica e investigativa.
Cuando estuvo el doctor Abdo Barrera, también como rector encargado trato de “seleccionar” a los perfiles de los catedráticos e hizo el intento, pero después aclaró por la radio, que no se podía, porque se dieron cuenta que muchos docentes antiguos de la UPC quedarían por fuera, porque tenían un perfil por debajo de la mayoría de los aspirantes. Eso demostró, que la UPC requiere de una mejor nómina de docentes, no sin dejar por fuera, el hecho de los votos que representan muchos catedráticos para los Consejeros.
En el mes de diciembre 2009, después de la primera burla de junio del año pasado con plazo perentorio, se les exigía a todos los catedráticos que nuevamente hicieran llegar las hojas de vida con todos los soportes a la oficina de recursos humanos, así se hizo. De esta manera, sería posible tener en enero de 2010, definidos esos perfiles. No hubo nada.
En un nuevo golpe de estado por la rectoría de la UPC, asume el doctor Cesar Torres, docente de excelsas condiciones académicas e investigador reconocido, y en su efímero paso por la rectoría de la UPC, trato de higienizar el proceso de la contratación de los futuros docentes catedráticos y ocasionales, partiendo de evaluación integral del perfil de cada uno de los aspirantes, así como lo hacen las grandes y respetables universidades del mundo.
Este hecho es el primer paso para construir academia de formación de calidad en serio. Pero ahora debían ser por vía internet, de la cual cada quien tiene su puntaje automáticamente, previa confrontación con la documentación física.
Por lo menos y en aras del respeto de todos los aspirantes a catedráticos, que debían ser escogidos por puntajes, la universidad debe publicar esa lista, que hasta ahora son 1469 personas capacitadas, siquiera para que la comunidad sepa quiénes se inscribieron y que puntajes tienen cada uno y qué puede mejorar cada uno de ellos, eso es transparencia. Si una persona con maestría o doctorado tiene que buscar una recomendación para conseguir cátedra en la UPC, es el colmo de lo anti ético y además repugnante.
Ahora asume el doctor Raúl Maya Pabón, y tiene el reto de acabar o continuar con el paseo del timbo al tambo de la política de selección de los catedráticos. No se puede afirmar que la UPC va hacer competitiva y se cacarea hasta poner el huevo de la “competitividad”, pero si no se tiene un sistema serio y transparente que permite que los docentes mejores calificados y cualificados puedan acceder a cátedras por suficiencia profesional, no creo en tanta belleza de la competitividad y academia de calidad.