Este domingo 7 de enero, una avioneta tipo ambulancia de matrícula HK 4983, perteneciente a servicios aéreos especiales, se estrelló en cercanías al aeropuerto Alfonso López Pumarejo de Valledupar, aparentemente por una falla mecánica.
La avioneta había salido de Valledupar alrededor de las 11 a. m. con destino al aeropuerto Guaimaral, en cercanías a Bogotá, pero al presentar fallar en el aire intentó regresar, pero se precipitó a tierra. En este hecho perdió la vida el médico Jorge Ecury Perdomo y resultaron heridas 5 personas, entre estas un niño que se encontraba enfermo e iba en compañía de su madre.
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No es la primera vez que Valledupar es noticia por el accidente de un avión. Un cinco de febrero de 1972, el avión de HK-1139, se accidentó en la serranía de Perijá, cerca de Valledupar, causando la muerte de 15 pasajeros y 4 tripulantes.
Esta aeronave pertenecía a la empresa Transportes Aéreos del Cesar. El vuelo salió desde el aeropuerto de El Dorado de Bogotá con destino a Valledupar, pero se estrelló antes de aterrizar. Aníbal Velázquez interpretó la canción ‘Tragedia en el Cerro Azul’, en referencia al lugar exacto donde cayó el avión, y contaba cómo las familias de los pasajeros los esperaban intranquilos en el aeropuerto de Valledupar. Cuando pasó el tiempo y no llegaban empezaron a llorar.
EL AVIÓN INCAUTADO
Hace más de 30 años, el avión DC-6 fue decomisado con un cargamento de marihuana en zona corregimental de Valledupar. Al parecer, el avión hizo parte de la bonanza marimbera de los años 80, cuando el comercio ilícito de marihuana era ampliamente conocido, y el Cesar era un departamento donde se sembraba la yerba.
El avión cayó cargado de marihuana en cercanías del municipio de Bosconia y, como era el único aeropuerto del Cesar, fue trasladado al Alfonso López Pumarejo de Valledupar. A 15 años de haber sido inmovilizado, fue transportado al parque El Helado, en el balneario Hurtado. Un tractor remolcó al viejo avión atravesando la ciudad de sur a norte. Para dicha labor fue necesario retirar varios postes y cortar varios árboles, lo que generó molestias en algunos ambientalistas, quienes consideraron el hecho como una ‘masacre’ natural.
El exalcalde Augusto Ramírez fue el encargado de intervenir y convertirlo en un destino turístico. En su momento, tenía acondicionada 50 sillas y una pantalla gigante donde se simulaba un vuelo y se mostraban imágenes de la ciudad como si se estuviera en el aire.