La vida nunca me podrá dar lo que quiero, pero si me enseña los caminos para lograrlo en la forma en que maneje el optimismo y la pasión por lo razonable.
La pasión es aquello que nace del alma y se hace notar en la forma de optimismo emocional, entusiasmo, confrontaciones, soluciones y como un aliciente determinante. Un apasionado es quien siente pasión por alguien o algo y se comporta bajo el dominio de la pasión.
Lo que nos gusta nos apasiona y por ello le dedicamos más tiempo logrando con facilidad más momentos agradables y en el camino sin darnos cuenta, y en estos casos, no necesitamos definir planes ni programas pues ellos se dan en forma espontánea.
El entusiasmo es importante para escalar etapas y acompañado de la razón se lograrán ganar sin muchas dificultades; y cuando ese entusiasmo se convierte en pasión, los sentimientos logrados nos llevan a hacer cosas extraordinarias, que nos vuelven locos y es aquí donde la locura muchas veces nos lleva a las realidades del éxito, entonces nos desafiamos a nosotros mismos y encontramos el coraje suficiente para superar el fracaso.
La base del éxito es el entusiasmo con personalidad cuando se hace algo. Nunca se logrará nada excepcional si no hay pasión.
No muestres entusiasmos obligados por circunstancias de interés particular inclinadas hacia algo o alguien solo para lograr beneficios de alguna índole, pues estas usando pasiones elegidas diferentes a las normales, olvidando que las pasiones son las que se anidan en uno.
Si no hay entusiasmo por el trabajo que haces se ha perdido el nivel de competencia y deberíamos entonces dedicarnos a otra cosa, pues donde no hay entusiasmo todo está perdido.
Los apasionados se llenan de sentimientos superiores y convierten la pasión, cuando la exageran, en obsesión capaz de dominar la voluntad y distorsionar la razón, y así nace el odio y aversión, la ira y otros valores negativos frutos como siempre de las pasiones anormales.
Cuando las pasiones son reprimidas suelen aparecer las aberraciones sobre todo esas que emanan entre seres dominados por las desdichas.
La obsesión es una pasión prolongada desligada de la razón, más intensa que las emociones y de una duración indefinida.
Cuando nos entusiasmamos con la libertad es porque nos estamos sintiendo superiores a nosotros mismos y si la dignidad nos acompaña estamos aprendiendo a ser mejores socialmente.
Pasión y obsesión son aventuras que nos motivan a grandes esfuerzos. Sin embargo, mientras que la pasión te lleva a crecer y superarte, la obsesión ejerce una influencia negativa sobre tu vida.
Desde el punto de vista político, los apasionados obsesivos solo confían en sus líderes y diferentes a ellos no hay otros; para los apasionados en asuntos religiosos solo existe un Dios superior a todos los demás, menospreciando el concurso de los otros; para los periodistas obsesivos, la prensa amarilla es su medio y en asuntos políticos son infalibles con la verdad única que solo ellos poseen y confunden la pasión con el sometimiento; en asuntos económicos el dinero es relevante, olvidando la sensibilidad social y los actos de caridad y redistribución del trabajo a través de la generación de empresas permanentes.
Cuando actuamos bajo la relevancia del dinero, del poder, de la incompetencia y la comodidad, nos olvidamos que lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos, de aquí que el vocablo pasión esté relacionado con el sufrimiento y la paciencia.
Solo los sentidos nos llevan a la realidad, las pasiones sin control a la utopía y las pasiones obsesivas al fracaso.