Si hay algo que nunca olvidas y atesoras por siempre en tu corazón es a esos seres de luz que crecieron contigo en la cuadra, en el barrio; me refiero a esos que te permitieron sentir el valor de la amistad, que descubrieron en ti la sensibilidad y la fuerza para compartir nostalgias y alegrías, los primeros momentos de casi todo.
Revisen el corazón con todas esas historias y sabrán de qué les hablo.
Eso es mágico, y permítanme explicarlo de esta manera: los grandes artistas, que en principio los cobijó la humildad, personajes célebres en cualquier área: deportistas, grandes cantantes, científicos, profesionales de todo nivel que al alcanzar la gloria traen como referente de vida y agradecimiento, a los amigos del barrio que nunca salen del corazón.
Hoy ante los ojos de Dios, sentimos lo mismo y nos regocijamos en esos recuerdos de infancia, juventud y madurez.
Mis recuerdos giran alrededor del barrio Kennedy en la carrera 5 entre calles 19A y 20. Y desde Hipinto, García hermanos y el Bolichito de los talleres hasta la esquina de los Pacheco, al frente de los Jaramillo y su droguería Kennedy. Sin descuidar, del otro lado, la esquina de los Vega, donde funcionó durante años la caseta “El Bambú”; en carnavales fijo sonaba el famoso picó “El Watusi” hoy es la célebre esquina de ‘Metálicas Kennedy’, por donde cruzan los buses que vienen bajando desde donde quedaba ‘Copetran’ por el otro boliche.
La tienda de Chago, cita infaltable de los sábados para jugar dominó; la tienda de Hernán… diagonal al Sicarare: “El Dandy” esa tienda sí que tenía su estilo propio, era algo único, hoy la seguimos recordando.
Vecinos queridos de toda la vida, tengo atesorada en mi corazón a Simona Fonseca, con su escuelita donde aprendí a leer y a sumar, de ahí pasé al colegio Gimnasio del Cesar del eterno profesor Mario Cotes.
En este barrio tengo que resaltar a mi amigo y hermano del alma Freddy Escalante Solano y a su familia hermosa de quien por bendición de Dios y por extensión de honor y vida hice la mía, con una gran mujer que me dio unos hijos maravillosos, María de los Ángeles.
Y recuerdo las épocas del “Mocedades Club” gesta juvenil para hacer actividades sociales y además fomentar la amistad de por vida. Logro conseguido.
Permítanme hacer un recorrido por las familias, sin que esto me vaya a significar enjuiciamientos, por favor, puede que se me escape alguna, pero ustedes luego de leer me ayudan con los recuerdos que atesoran en su corazón cada uno.
En la quinta jugando bola e trapo: los Nieves, Chiro y Freddy que desde el cielo nos cuida; los Murgas Robles, la familia Salas Anteliz y Lucho Álvarez; los Nieto, la señora Juana.
Del otro lado, los Quintero, grandes amistades. Los Borrero de Germán y Borrero Serna; Aury y su corte Bayona Carrascal; los Rincón Palacio, amigos del alma. A propósito de recuerdos, ¿quién se robó las gallinas de… de quién? Se me olvidó. Hace tanto tiempo, recordar es vivir. Sólo Eso.