Cuando un presidente de la República visita a una zona específica del territorio nacional es porque existen razones de pesos para que ello suceda, derivadas de muchos aspectos: una buena gestión de la dirigencia local, un proyecto importante por iniciar o anunciar, un evento cultural o social de gran repercusión o por una situación crítica de gran afectación a sus habitantes, entre otros.
Sea cual fuese la razón, lo cierto es que la presencia de la primera autoridad de la nación debe ser aprovecha al máximo en pro de resolver los principales problemas que aquejan a las comunidades del territorio visitado por el presidente de la República.
Las giras o recorridos de un mandatario nacional no son simples paseos o planes de diversión, cada pueblo visitado en mucho debe beneficiarse; claro está, que eso dependerá en gran medida de la agenda de trabajo que previamente tendrían que haber elaborado las autoridades locales o regionales.
La reciente visita del presidente Gustavo Petro al departamento del Cesar fue motivada por las situaciones lamentables que viven las comunidades del municipio de Bosconia, una calamidad que requiere el concurso del Gobierno nacional, porque como bien lo dijo el mandatario de los colombianos: “la situación ha crecido tanto que ni los municipios ni los departamentos pueden solucionar los problemas que se derivan del desastre climático, le toca a la Nación”, refiriéndose a los estragos del invierno en esa municipalidad cesarense.
Pero más allá de la crítica situación que vive en estos momentos el municipio de Bosconia, el departamento del Cesar y sus municipios urgen de la mano del Gobierno central para mitigar tantos problemas que padecen sus habitantes, pero tal parece que la clase dirigente nuestra no dimensionó los alcances de una visita presidencial, máxime de un mandatario que está en proceso de instalación de su gobierno.
Peor aún, la dirigencia política de Bosconia, anfitriona de oficio del presidente Petro, no pensó en soluciones macro frente al gran problema que enfrenta su municipio, ese era el momento ideal para unificar criterios y hacerle al mandatario nacional las propuestas de fondo que en realidad ayuden a salir a adelante a esa comunidad.
Todos, gobernador, diputados, alcalde de Bosconia y de otros municipios, los concejales, líderes comunitarios, gremios, empresarios, estudiantes, padres de familias y sociedad civil en general debieron arroparse con una misma sábana y unidos haber logrado compromisos de gran calado por parte del presidente Petro. Pero no, desaprovecharon esa oportunidad de oro y mutuamente se dedicaron a sacarse los trapitos al aire con ánimos de acuseta ante la autoridad nacional, la preguntan es: ¿qué ganaron con eso? Se podría decir que nada bueno lograron con esa actitud, en cambio sí perdieron una enorme posibilidad de soluciones concretas.
En momentos como ese deben anteponerse las diferencias políticas, personales y de toda índole, para así luchar unidos por una misma causa. Los lideres de la región no supieron interpretar la necesidad urgente que tiene el presidente Petro de mejorar los niveles de popularidad de su gobierno, los cuales ya comenzaron el desgaste y el acostumbrado declive que, con el paso del tiempo, suelen presentar los mandatos presidenciales.
No entendieron que tenían en escena pública a un presidente ávido de mostrarse comprometido con el pueblo, allí por fuera del protocolo de su despacho, ante toda una comunidad y frente a todos los medios de comunicación, donde era presa fácil para asumir compromisos serios con el municipio de Bosconia y con el departamento del Cesar en general. ¡Más visión y unidad señores!