Los días de los 50 adultos mayores que residen en la Casa del Abuelo de Valledupar, están acompañados del calor humano de las voluntarias de ‘Las Hermanitas de los pobres’, congregación que desde hace 22 años se dedica a cuidar a los ancianos que no pueden convivir con sus familias.
Sin embargo, para la comunidad religiosa mantener a los adultos mayores no es una tarea fácil ya que el hogar es sostenido con recursos de la caridad y de los benefactores que se han sumado a la causa.
“Queremos hacer un llamado a la población para que nos colabore, pues porque como todos saben, nosotros vivimos de la caridad de la gente y hasta ahora esto se ha mantenido gracias a la generosidad de todos los habitantes de Valledupar. En este momento estamos haciendo una campaña especial para pañales en talla M, L y G, que son muy necesarios para poder mantener a los ancianos con dignidad y poderles dar el cuidado que necesitan en sus últimos días”, indicó la directora de La Casa del Abuelo, sor Monserrat María De la Cruz.
La religiosa contó que a menudo reciben de personas desinteresadas donativos como medicamentos, arroz y prendas de vestir; pero la Casa del Abuelo necesita de otro tipo de productos como leche, aceite, café, carne, huevo, pollo, queso, sal, maicena, harina y elementos de aseo personal como lociones, champús, jabones.
“Aquí recibimos personas desde los 65 años y los cuidamos hasta que Dios los llame. Les brindamos el calor de familia y cuidamos de que no les falte nada para que sus últimos días los pasen llenos de amor. Por ello a diario recurrimos al buen corazón de las personas para poder mantener a nuestros abuelitos con el cuidado que merecen y la atención que necesitan”, agregó.
La mayoría de los 50 adultos que residen en el hogar tienen edades superiores a los 70 años, quienes son mantenidos gracias a la labor de ‘Las hermanitas de los pobres’.
Por Daniela Marbello / EL PILON
danielamarbello@hotmail.com