La reforma agraria de Petro tiene serios problemas de resultados, de plata, de enfoque y, además, es ideológica y simbólica.
1. De resultados, porque se comprometieron a comprar 3 millones de hectáreas, luego ajustaron a la baja, a 1.5 millones, pero a 18 de noviembre de 2024, según cifras oficiales e incluyendo los predios –que no son comprados– del Fondo de Reparación de Víctimas y de la Sociedad de Activos Especiales, solo tienen 157 mil hectáreas (10.4 %) y, lo trágico, únicamente han transferido el derecho de propiedad de 12.537 hectáreas, esto es el (0.8 %).
2. De plata porque a la Agencia Nacional de Tierras (ANT) pasa de tener $4.9 billones a tan solo $1.5 billones para el 2025, una reducción del 67 % y, por si fuera poco, la ejecución presupuestal del programa de compra de tierras, con corte a septiembre, iba en el 5.6 %.
3. De enfoque, porque la agricultura del futuro se produce cada vez en menos tierra y su marco en el que se desenvolverá es otro, no el de la entrega de tierras sino el de la inteligencia artificial IA. De hecho, la agricultura del hoy y del futuro tiene que ver con agrotecnología; biotecnología; secuenciación genómica; agricultura vertical; con nuevos métodos de irrigación y fertilización; nuevas semillas; nuevas formas de acceder a los mercados, de pronosticar el tiempo y de cultivar en espacios interiores. Mientras la agricultura se adentra en lo nuevo, en la IA, la política de Petro se entierra en lo viejo, en la entrega de tierras.
Es más, el foco no está en ser propietario de la tierra (muchísima gente cultiva en tierra arrendada) sino que la clave está en ser competitivo con lo que se produce. Mas que tierra se necesita mercado, rentabilidad y competitividad y, por supuesto, infraestructura productiva y de servicios.
4. Es ideológica porque es dogmática y, en este sentido, no tiene una respuesta sino ‘La respuesta’ y como anota Tony Blair en “Sobre Liderazgo”: La política nacida de la ideología distorsiona el análisis, tiene sesgo, desconoce la evidencia y refuerza la rigidez en un mundo en constante cambio y que, por tanto, requiere apertura a nuevas ideas.
5. Es simbólica, como el pago de un arriendo simbólico. El 0.8 % de hectáreas registradas en las oficinas de instrumentos públicos es algo simbólico y si a ello se le suma, los casos en casi todo el país en los que el presidente Petro entrega tierras sin entregar el título de propiedad, -sin resolución de la ANT- y tampoco entrega materialmente el predio o con el predio ocupado o con el inmueble en litigios judiciales. Entregan problemas.
Este, definitivamente, no fue el gobierno del cambio. El cambio que funciona es el cambio que ejecuta su presupuesto con buenas políticas. Si no ejecuta y si las políticas públicas son anacrónicas, el cambio se esfuma. ¡Y se esfumó!
Por: Enrique Herrera.