Marcos Daniel Pineda fue elegido como alcalde de Montería para el periodo 2008–2011, con 29 años de edad, y luego fue reelegido en el 2016. Durante ese periodo, la ciudad vivió un proceso interesante de crecimiento. EL PILÓN dialogó con el ahora aspirante al Senado de la República.
¿Cuál fue la apuesta en Montería durante su mandato?
El éxito de una ciudad consiste en descubrir su ADN y a partir de allí tener una visión a largo plazo, planear la ciudad en el tiempo. Todas las ciudades por más cercanas que sean tienen ventajas respecto a las otras; hay ciudades de puerto, río, mar, turísticas, arqueológicas, históricas, porteñas, etc.
En el año 2008, descubrimos que Montería era una ciudad biodiversa, verde, con riquezas naturales en flora y fauna, con la majestuosidad de su río, que es donde está la génesis de la fundación de la ciudad y que lastimosamente se le había dado la espalda.
En Valledupar miramos de reojo lo que hizo Montería alrededor de su río. ¿Cómo fue ese proceso?
Buscamos hacer un plan maestro con la idea de convertirla en la ciudad verde del país, agregando políticas públicas de sostenibilidad en sintonía con los Objetivos de Desarrollo de la ONU.
En ese momento comenzamos a recuperar todo el espacio perdido a orillas del río Sinú, se planeó ampliar los metros cuadrados de espacio público por habitante, se hicieron más de 100 parques, siendo el más importante el Parque Ronda del Sinú, que tiene cuatro kilómetros de longitud lineal. Lo hicimos sin talar un solo árbol.
El río volvió a ser el protagonista del desarrollo urbano, turístico y ambiental de la ciudad. Hoy en día los monterianos se sienten orgullosos de su río, dejó de ser la cloaca de la ciudad.
Antes de ese proceso, en algún momento, se llegó a pensar incluso en dividir a Montería y crear un municipio en la margen izquierda del río porque estos se sentían abandonados.
En cuanto a movilidad, ¿qué se hizo en Montería?
Le apostamos a la movilidad sostenible aprovechando la topografía de la ciudad y se pudo avanzar en 50 km de ciclo infraestructura promoviendo el uso de la bicicleta como medio alternativo de transporte público. Pasamos del 4 al 9 % de biciusuarios en la ciudad.
Siendo Valledupar una ciudad con similitudes a Montería, ¿cuál, considera, es la clave para lograr avanzar como ciudad?
Montería ha tenido dos factores importantes que le han permitido avanzar a buen ritmo durante los últimos años. El primero es una visión a largo plazo o planeación del territorio, descubrir el ADN de la ciudad; y el segundo es la coherencia en las políticas públicas para que independientemente del alcalde se pueda defender una visión de ciudad en el tiempo.
Esto no puede ser una apuesta de una administración. Doce años de continuidad con el mismo enfoque territorial, dejando de lado los egos políticos, permitieron que Montería avanzara.
¿Cómo ve la situación del país actualmente?
Colombia es un país con grandes oportunidades y con un potencial de desarrollo enorme, pero más allá de la polarización política, hay un problema de fondo y es que ha faltado sintonía entre las necesidades de las regiones y los programas del gobierno central.
Una cosa son las necesidades que tienen las veredas, los corregimientos, barrios y otras las políticas que se están emitiendo desde el nivel central. El desarrollo de Colombia está en las regiones, el campo, por ejemplo, se convirtió en el vagón de atrás del tren de desarrollo. La brecha social entre lo urbano y rural es inmensa.
Se necesita un gobierno más desde los territorios que desde los escritorios. Los gobernantes deben ser aquellos que visiten las regiones, que conozcan las necesidades y que trabajen de la mano de alcaldes y gobernadores con los matices que cada municipio tiene.
¿Cómo recuperar la confianza en el Congreso?
Soy consciente que estoy aspirando a una de las entidades más desacreditadas que tiene Colombia y allí el doble reto; el primero es elegirme, y el segundo es destacarme y para esto último no se puede ser un senador común y corriente, quiero romper los esquemas y ser un parlamentario que escuche, visite y atienda los problemas.
No se pueden hacer leyes por hacer, hoy en día se deben buscar políticas públicas de resultados que se traduzcan en bienestar, felicidad, tranquilidad y oportunidad.
¿Cuál debe ser la apuesta de la región Caribe?
Primero se debe tener inversión en la educación, esa fue una de mis banderas como alcalde de Montería, pasamos de ser la última ciudad a ser la primera en pruebas saber y se debió a una política pública dentro y fuera del aula de clase.
Se debe reformar la educación pública del país, hay que buscar la calidad, cuando esto pase tendremos jóvenes con más oportunidades y con la mente abierta para ser emprendedores y creativos.
Segundo, mirar el campo, la región Caribe es una zona muy rural. Se debe hacer inversión desde lo social hasta el desarrollo productivo del pequeño y mediano productor, el campo es una ventaja que tenemos inclusive frente a otros países.
¿Qué hacer con la informalidad laboral?
Duele que tan solo el 15 % de los bachilleres tengan la oportunidad de acceder a una educación superior, porque el resto se queda en la economía informal. Cuando un joven con 23 años sale de la educación superior se le exige experiencia, cuando llegan a 52 ya está muy viejo para trabajar y a los 73 está muy joven para pensionarse.
No es el país que estamos buscando, hoy Colombia debe pensarse en torno a la oportunidad para los jóvenes, la tranquilidad para el adulto y la felicidad del anciano. Para eso se debe trabajar en políticas, planes y programas que brinde un estado de bienestar.
¿Qué hacer con las vías terciarias?
La ANI se quedó con las vías concesionadas, el Invías con las secundarias y le han dado las terciarias a los alcaldes y las chequeras de estos últimos no alcanzan para atenderlas. En Colombia se debe crear una agencia para las vías terciarias con presupuesto y autonomía presupuestal, que atienda y pavimente el mayor número de vías posibles.
¿Cuáles son sus aspiraciones a futuro?
Actualmente estamos recorriendo el Caribe colombiano y parte del país con la intención de llegar al Senado de la República.
¿Por qué quiere llegar al Senado?
Los que hemos gobernado y demostrado resultados en nuestra trayectoria pública queremos aportarle a ese Congreso los cambios que hoy Colombia está exigiendo.
Quiero llegar al Senado no a calentar silla, sino a liderar esos grandes cambios estructurales y de fondo que hoy Colombia exige en justicia, educación, salud, oportunidades para los jóvenes, el campo y el desarrollo de las ciudades.
Por: Redacción EL PILÓN