“Porque erráis ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. San Marcos 12,24
El contexto está determinado por una pregunta acerca de la resurrección que los saduceos le hicieron a Jesús. Su respuesta, establece lo sobrenatural de la religión cristiana e incluso, qué clase de Dios es el Dios de los cristianos.
Jesús respondió con una clara afirmación, señalándoles su error y explicándoles la razón de su equivocación: “No conocen las Escrituras ni el poder de Dios”. Jesús indicó que el error de los saduceos era básicamente su ignorancia bíblica. La mayoría de nuestros errores, especialmente aquellos que desencadenan polémicas innecesarias, también se deben al desconocimiento o desprecio por las Escrituras; teniendo en consideración que ellas se constituyen en arbitro o suprema corte de apelaciones en cada situación que vivimos.
Otra causa del error de los saduceos era también el desconocimiento del poder de Dios. Son muchos los sucesores de esta ignorancia, quienes ridiculizan lo sobrenatural y lo desacreditan. Ante la imposibilidad de comprender el mover de Dios en la historia y sus manifestaciones de poder, optan por negarlas o desconocerlas. El cientifismo moderno limita su comprensión de la realidad a aquello verificable con los sentidos, creen que el universo es un sistema solo gobernado por leyes naturales.
En la posmodernidad, no se da lugar a Dios y se niega a priori toda posibilidad de lo sobrenatural. En consecuencia, los milagros y las intervenciones de Dios en la historia son imposibles. La tendencia es eliminar a Dios de lo natural y sacarlo definitivamente de los sobrenatural. La verdad es que, no podemos aceptar esa dicotomía entre lo natural y la acción divina, puesto que, Dios esta presente en cada espacio. El Dios de la biblia no mora solamente en lo desconocido, sino en todas partes, aunque en ocasiones nosotros no lo sepamos reconocer. Como lo registró el patriarca Jacob, cuando despertó de su sueño en Bet-el: “Ciertamente Dios está en este lugar y yo no lo sabía”.
Por supuesto que, el Dios revelado en las Escrituras no solo obra milagros, sino también obra de acuerdo con el orden natural que él mismo estableció. Pero, no está limitado por las leyes naturales, la creación no controla a su creador. Los milagros ocurren cuando Dios suspende temporalmente una ley natural y la reemplaza por otra sobrenatural, como ocurrió en la resurrección, que fue lo que dio origen a la pregunta de los saduceos.
Queridos lectores, el cristianismo bíblico es sobrenatural. No es un conjunto de reglas morales y preceptos sencillos, sino una manera de vivir en el poder de la resurrección, ese poder que levantó a Cristo de entre los muertos y que un día nos levantará a nosotros, entre tanto que, transforma nuestro carácter y conducta y le da un sentido de misión y propósito a nuestra existencia.
Hagamos espacio en nuestra cotidianidad para la manifestación de lo sobrenatural, mientras disfrutamos de su guía y su presencia en la vida diaria y lo natural.
Un fuerte abrazo en Cristo…