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Lo retos con el nuevo Código de Policía

A partir del próximo 30 de enero muchas cosas van a cambiar en nuestro país, ¿para bien o para mal? El tiempo se encargará de dar la respuesta. Ese día empieza a regir el nuevo Código de Policía con el objetivo para mejorar la seguridad y la convivencia? ciudadana. Tanto autoridades como ciudadanos tienen una tarea nada fácil; los primeros en hacer cumplir las normas y los otros en conocerlas para acatarlas.

El actual Código llevaba 46 años de haber sido expedido, por lo que es obsoleto y hay quienes se atreven a afirmar que el nuevo sí dará herramientas radicales a las autoridades para garantizar la seguridad y la convivencia, herramientas que se espera sean bien utilizadas por los representantes de la ley y se conviertan en superhéroes y no en villanos, porque aunque duele decirlo, de estos últimos de que los hay los hay.

No será fácil aplicar el nuevo Código en una ciudad tan folclórica como Valledupar, donde la gente arma parranda en cualquier esquina y a cualquier hora. Con 328 mil pesos serán sancionados los vecinos que utilicen sus equipos de sonido a todo volumen.

Ya el argumento: “Señor oficial usted no puede entrar a mi casa sin una orden judicial” queda abolido, en casos especiales, porque los miembros de la fuerza pública podrán ingresar a los inmuebles a desconectar los equipos generadores de ruido y también lo harán si sospechan que alguna actividad ilegal se desarrolla desde el interior del inmueble.

Quienes sean sorprendidos consumiendo licor o drogas en los parques recibirán una sanción de 184 mil pesos. Con medidas como esa, definitivamente, Valledupar no va a volver a ser la misma, porque en esta ciudad las parrandas al aire libre son una práctica muy arraigada.

Ni que decir de los que se orinan en las calles, estos tendrán que pagar 736 mil pesos, la multa más altas, por lo que hay que pensarlo dos veces a la hora de hacer las necesidades fisiológicas en la vía pública. Es una buena medida para el centro histórico de la capital cesarense, que parece una letrina pública, aunque lo más probable es que la decena de indigentes que están en el sector no tendrán cómo pagar ni las autoridades cómo cobrarles.

Esta medida hace recordar que en Valledupar no hay baños públicos, solo instalan algunos móviles para festival y otras festividades. Hace algunos años empezó la construcción de baterías sanitarias públicas en un costado de la plaza del barrio Primero de Mayo y no han sido terminadas, un pequeño ‘elefante blanco’ por el que nadie se ha preocupado.

Hablando de animales, quienes amen a sus mascotas y se preocupan por mantener una finanzas equilibradas también deben preocuparse por recoger los excrementos, si no lo hacen serán sancionadas con 82 mil pesos.

Las leyes son para cumplirlas y los ciudadanos deben aprovechar los 23 días que restan para empaparse del nuevo Código de Policía. La ignorancia puede resultar costosa.

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