Por Gustavo Cotes Medina
Europa está viviendo una situación peligrosa en lo económico y en lo político que amenaza con debilitar la unidad del Viejo Continente y arrastrar a algunos países al límite de la intervención de las autoridades financieras, lo cual puede alterar el panorama político. Los mandatarios europeos parecen no tener desarrollado el sentido de urgencia y de claros liderazgos para encontrar la receta y aplicar correctivos evitando así que se llegue a producir una recesión global.
Los resultados de los triunfos socialistas en Francia, la derrota provincial de Ángela Merkel y la falta de una fuerza dominante en Grecia, donde dejó de ser un tabú la posibilidad de que Atenas salga del sistema monetario del euro, tienen a los europeos nerviosos y viviendo una situación angustiosa porque los mercados están temblando, la desconfianza se puede oler en el ambiente, las bolsas caen y las primas de riesgo en algunos países están disparadas.
Además, en España el gobierno está exigiendo a los bancos que aumenten su capital para limpiar los balances afectados por los graves problemas de finca raíz, lo cual puede incidir en las metas que tiene Madrid para cumplir con el objetivo de reducir su elevado déficit fiscal. Esta situación urgente, motivó la reciente reunión entre Hollande y Merkel, líderes del eje europeo, para discutir posiciones entre crecimiento y austeridad en la Eurozona y los esfuerzos que deben adelantarse para que Grecia siga con la moneda comunitaria.
Mientras se trata de lograr un consenso, el tiempo y la presión están subiendo con el peligro que la situación en Europa termine afectando a la economía global. El nerviosismo ya se siente en los mercados financieros desde Tokio hasta Wall Street, pasando por Colombia donde se vaticinan tiempos difíciles.
El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, considera que debemos prepararnos para esta coyuntura, pero resalta que es una ventaja de Colombia que no tenga nexos fuertes, ni financieros ni comerciales con Europa, que nos hagan muy vulnerables. Sin embargo, el oleaje puede ser muy fuerte en las economías de emergencia y de ahí se deriva la advertencia de los tiempos difíciles.
A Grecia se le están agotando las opciones contra la crisis, pero un terremoto económico en ese país puede generar réplicas que llegarían a otras costas como Portugal e Irlanda. Pero si el pánico llega, la situación se puede volver insostenible porque los inversionistas tratarán de evitar las situaciones de riesgo y la avalancha se pude extender a Italia y España, que hacen parte de las economías más fuertes de la zona euro.
Es importante anotar que a la Unión Europea le quedan otras opciones, especialmente si Alemania afloja un poco su disciplina para que los cronogramas del ajuste sean más largos y el crecimiento vuelva a ser positivo. El Banco Central Europeo puede ayudar comprando bonos en forma más agresiva y aplicando una política monetaria más abierta que le permita la llegada de aire fresco a los gobiernos que tuvieron un manejo irresponsable de sus asuntos económicos, como los griegos y otros países del área mediterránea.
Los problemas económicos y políticos del Viejo Continente están demostrando, una vez más, la falta de consenso y de liderazgo que se están encargando de hacer más angustiosa una realidad que ya era grave. Siempre hay espacios para el optimismo, pero no existen dudas que la sensación de emergencia está muy justificada. También en otros continentes se tiene la sensación que los problemas de Europa terminen golpeando a la economía global, “haciendo que los justos paguen por los pecadores”.
****************************************************
Agregado: El gobierno Santos tiene una buena nueva para compartir con los colombianos: Se dio un paso hacia adelante en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, que no debe llevarnos a la complacencia. Todavía somos un país con cifras escandalosas en indigencia e inequidad, pero vamos en el camino correcto, con espacios para la ilusión.
gustavocotesm@hotmail.com