No se trata de problemas sociales –pobreza, hambre, inseguridad-. Lo que mata a los vallenatos son los malos hábitos alimenticios que generan enfermedades crónicas, que deterioran la salud progresivamente, entre ellas hipertensión, problemas cardiovasculares, enfermedades respiratorias y el cáncer.
Esta semana cuando Valledupar participa en la Semana de Hábitos y Estilos Saludables, junto a otros 110 municipios colombianos, es oportuno ratificar la necesidad de implementar programas de salud preventivos, que lleven a los usuarios de los servicios de salud a prevenir estas enfermedades y no tener que reaccionar cuando, muchas veces, es demasiado tarde.
Las enfermedades cardiovasculares son las que aumentan considerablemente la tasa de mortalidad. Según cifras del Dane, en Colombia mueren en promedio 58 mil personas por esta causa, y de éstas la mayoría son mujeres.
Una alerta importante para la población vallenata y cesarense, que debe tener en cuenta que los dos factores determinantes en las enfermedades crónicas más comunes, son el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios.
Hace poco el Viceministro de Salud, recordó que en Colombia existen 79 mil casos de cáncer al año en Colombia, de los cuales 33 mil pacientes fallecen.
La cosa es tan crítica, que el funcionario enfatizó en que de las 190 mil muertes que se presentan al año en Colombia, una de cada cinco muertes es por cáncer, y una de cada tres es por problemas cardiovasculares.
EL PILÓN hace eco de estas alarmantes cifras y se une al llamado que hace la Coordinación de Hábitos y Estilos de Vida Saludable de la Secretaría de Salud Municipal, para que la ciudadanía participe en las actividades programadas para esta semana, que incluye entrenamiento físico con médicos, enfermeras y psicólogos, que incentivarán a la ciudadanía la importancia de autocuidarse.
El médico no el único que tiene la responsabilidad de sanar, es el paciente el que debe comenzar con los cuidados.
Aprovechar que están los espacios abiertos para que se conozca más sobre los factores de riesgo de las enfermedades de tipo coronario e hipertensión y la necesidad de tener una alimentación saludable.
En la región, la cultura alimentaria apunta a comidas con exceso de grasas y saturadas de harina. Son herencias de los ancestros, pero es hora de revaluar esos hábitos y pensar más en la salud, que también se extiende al respeto por los espacios, ciento por ciento libres de humo y a un ambiente sano, libre de contaminación. Es hora de tomar conciencia, de prevenir para no tener que lamentar.