Cabe recordar que el proceso de adhesión de Colombia a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), inició en 2013 y fue formalizado mediante la Ley 1950 de enero de 2019. Como es natural en el país este proceso no estuvo apartado de las controversias.
Pertenecer “al club de los nuevos ricos” o “de las buenas prácticas”, como algunos llaman a la OCDE, es un privilegio que resulta bastante costoso.
Por eso es interesante preguntarse cuál o cuáles son los beneficios para Colombia. Antes es menester saber que la OCDE tiene como función principal impulsar políticas públicas que eleven el bienestar tanto económico como social de la población, y les permite a los diferentes gobiernos participar en deliberaciones periódicas en las que se comparten experiencias y se trata de resolver las dificultades generales de los diversos países por medio del trabajo participativo.
Ser miembro de la OCDE va más allá de la materialización de un esfuerzo político y de sus beneficios relacionados con las posibilidades de inversión directa, el impulso para el comercio internacional y los procesos en materia de desarrollo económico. Se trata de apropiar las “buenas practicas” materializando las reformas importantes y necesarias para mejorar el bienestar y las condiciones de vida de los colombianos, por ejemplo: la reducción de la informalidad en el mercado laboral, la mejora de la calidad y la relevancia de la educación y la capacitación, así como el sistema de salud.
En materia de las políticas macroeconómicas la OCDE recomienda en su informe reducir gradualmente la posición fiscal expansiva y mantener las ayudas excepcionales a los ingresos hasta que se recupere el mercado laboral, aumentar el recaudo del impuesto a la renta eliminando exenciones, reducir el gasto por impuesto sobre las empresas, fortalecer la lucha contra la corrupción, aumentar las tasas de interés si las presiones inflacionarias se intensifican.
Propone el informe en las políticas sobre el fomento de una recuperación más inclusiva, la creación de estrategias para fomentar la formalización laboral, fusión de los distintos programas de transferencias monetarias existentes en un único programa para los hogares más desfavorecidos, reducir las barreras regulatorias nacionales a la iniciativa empresarial y a la entrada en el mercado, entre otros.
En cuanto al crecimiento más sostenible y más verde, aumentar los recursos dedicados a las actividades de aplicación normativa contra la deforestación y efectuar un seguimiento de un mayor número de los casos de deforestación detectados, acelerar los avances en la ampliación del registro del suelo, sobre todo en zonas remota
Las perspectivas sobre las principales políticas, la OCDE enfatiza en la recuperación notable de la economía colombiana en plena crisis del COVID-19, resalta los importantes esfuerzos realizados en materia de políticas monetarias y fiscales, que han logrado evitar una mayor contracción de los ingresos.
Sin embargo, a más largo plazo, tanto el crecimiento como la inclusión social se ven atrapados por debilidades en las políticas estructurales, que impiden que más de la mitad de los colombianos con ingresos accedan a empleos formales y a la protección social, y que las empresas crezcan y sean más productivas.
El informe ‘Estudios Económicos de la OCDE: Colombia 2022, es un menú de recomendaciones mediante la adopción de reformas ambiciosas para que Colombia de un salto significativo en sus niveles de bienestar.