Son muchas las verdades y realidades las que se pusieron en evidencia durante la reciente Cumbre de Gobernadores realizada en Valledupar, en la que se puso a prueba la capacidad organizativa del gobierno departamental por ser el anfitrión de este evento que tuvo cuatro temas de fondo importantes y la visita ilustre del exprimer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair.
Muy interesantes los aportes de los gobernadores de otros países y del mismo político británico. Pero mucho más importante las cartas que se pusieron sobre la mesa y hablaron sin tapujos de minería, contrabando, descentralización, alimentación escolar, vías rurales, asignación de regalías, entre otros temas.
Pero quizás uno de los anuncios sobresalientes, por lo menos para la capital cesarense, es el relacionado con la decisión de bajar la sobretasa a la gasolina en la ciudad para contrarrestar la venta ilegal del combustible procedente del vecino país de Venezuela. Incluso el mismo director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, dijo que el caso del municipio de La Paz es tan complejo, que lo comparó con el pasaje bíblico donde se menciona la perdición del pueblo de Sodoma. Lo que ocurra con la implementación de la Resolución 91064 del Ministerio de Minas y Energía, que fue firmado por el Presidente Santos en la ciudad, –éxito o fracaso-, será una gran experiencia, ojalá buena, que puede abrir la puerta para que otras zonas fronterizas afectadas por el contrabando de gasolina venezolana, puedan aplicarlo.
Otro tema que se venía abordando de manera tímida, pero que se hizo visible en la Cumbre, es la disminución de las hectáreas cultivables en el Cesar, que se reducen ostensiblemente con el aumento de los títulos de explotación minera, los cuales pasaron de seis mil a nueve mil en solo seis años. Esta situación es alarmante porque no existen reglas claras para que dos ‘locomotoras’ como las llama el Gobierno Nacional, se choquen de esta manera, sin tener claro cuáles son los límites de cada una. ¿Se convertirá el Cesar en un departamento netamente minero? ¿Y la seguridad alimentaria y medio ambiente qué puesto ocuparán?
En ese sentido, acertada la reflexión del gobernador Monsalvo Gnecco que se refirió a la distribución inequitativa de las regalías, pues si el daño ambiental que ocasionan las explotaciones en los departamentos mineros, no se puede distribuir en todo el país como la ‘mermelada’, entonces tampoco se deben distribuir igual las regalías. Palabras más, palabras menos, los departamentos con mayor impacto ambiental por esta actividad, deben recibir más recursos de regalías. Las propuestas y promesas fueron muchas, ahora falta que éstas se concreten.
En esta Cumbre se puso a prueba la voluntad política -cuando se quiere se puede-, y así lo demostraron las administraciones Departamental y Municipal, que hicieron en una semana lo que no habían hecho en meses: taparon los eternos huecos de las principales avenidas, adecuaron la Biblioteca Departamental ‘Rafael Carrillo Lúquez’, que hace varios años requería un buen mantenimiento, emitieron decretos para garantizar la seguridad y movilidad. Así deberían trabajar siempre, como si en Valledupar hubiese todos los días una cumbre.