Dinoel Duarte no solo compra productos de la canasta familiar para llevar a su casa, también lo hace para preparar la sopa y el arroz que vende en una carreta en el sector del Boliche en Valledupar. Pero el incremento del valor de los alimentos en Colombia ha afectado su bolsillo y también le ha generado pérdidas en la venta de comida. “No le subo el precio a lo que vendo porque mis clientes son como yo: pobres”, dice.
Esta es una de las tantas historias que tienen los ciudadanos en torno al alza de los precios de los alimentos. Dinael Duarte, por ejemplo, compró en el mercado de Valledupar este martes un kilo de guayaba, 12 onzas de pimentón y siete libras de menudencia, y se gastó 11 mil pesos. “En el 2015 hubiera pagado siete mil pesos por estos mismos productos”, dice el vendedor de almuerzos.
Esto concuerda con los datos que el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, entregó sobre el alza de los precios de los alimentos que viene ocurriendo desde el año anterior, especialmente en las verduras, frutas y hortalizas, debido a los estragos del fenómeno del Niño.
Por ejemplo, el tomate ha tenido un incremento del 70 por ciento y la yuca un 40 por ciento. Datos entregados por Mercaupar a EL PILÓN indican que en esa plaza de comercio de la capital de Cesar, en enero pasado un bulto de papa criolla de 50 kilos costaba 100 mil pesos y en febrero subió a 150 mil pesos, es decir tuvo un incremento del 50 por ciento.
Jorge Gutiérrez, quien tiene una tienda en el centro de la ciudad, contó que en octubre de 2015 vendía la libra de tomate en 800 pesos y ahora está en 1.500 pesos. “El tomate sube y baja, pero definitivamente se ha incrementado desde el año pasado”, asegura Gutiérrez. Además, agrega que a pesar del alza en los alimentos no arremete contra sus clientes al venderles más caro, “porque sus clientes no tendrán para pagar”, tal cual considera Dinoel Duarte.
EL PILÓN hizo un recorrido por varias tiendas de la ciudad y confirmó que estos establecimientos manejan precios similares en los alimentos de la canasta familiar. Mientras el tomate puede costar 1.500 pesos en una tienda, en un supermercado cuesta más de 1.700 pesos.
Sobre esta diferencia en los costos, el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, se quejó en una entrevista que le hizo el periódico El Tiempo, indicando que las cadenas incrementaron el precio de los alimentos sin pagarles más a los campesinos, quienes son los que suministran los productos.
Al respecto, el director general de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero, defendió a su gremio de los señalamientos que hizo el ministro argumentando que los comerciantes no son los culpables de que se haya incrementado el precio de los productos, y explicó que estos han tenido un proceso natural de compra desde el campesino hasta el supermercado.
Precio en la plaza de mercado
El gerente de Mercaupar, Mario Escandón, manifiesta que ha habido un incremento ligero en los alimentos en la plaza de mercado, a diferencia de los supermercados, debido a que la función de este comercio es entregar precios más bajos. Además, “el mismo comerciante es el que compra, empaca y despacha. No tiene otras obligaciones que tiene que cubrir. El mismo comerciante hace todo y evita que se incrementen los precios”.
Por su parte, el mayorista Ílmer Jiménez, siente que sí se ha aumentado los precios de los productos, pero no ha generado que él ponga por las nubes los valores de los alimentos. “Gracias a Dios nos mantenemos en un precio regular”, añade.
Por Rennier Asprilla