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Lo malo de la autoestima

Y además…

Por Alberto Herazo Palmera

Esta columna va dirigida a los padres de estrato 6 en adelante, y también a los de estrato 2 y 3 que han logrado alguna platica dudosa y se han enloquecido.
Muchos padres de hoy quieren ofrecerles a los hijos mayores oportunidades, y que sean más inteligentes, más exóticos y más felices que lo que fuimos nosotros. Para ello se han dedicado a darles la mayor cantidad posible de todo lo que creen garantizará tal propósito.  De tal manera que los niños de ahora tienen de todo en exceso: comodidades, diversiones y privilegios, hasta demasiadas oportunidades y derechos. Pero, al igual que las plantas, los excesos los están dañando, porque impiden que los niños desarrollen sus propias fortalezas, que son las que le permiten crecer como persona útil y virtuosa.  Además, muchos padres se dedican a cultivar en ellos una muy buena autoestima, a base de alabarlos permanentemente, darles toda la atención posible, servirles como reyes y complacerlos en lo que pidan. En esta forma, están creciendo convencidos de que se merecen todo a cambio de nada, lo que no conduce a que tengan una gran autoestima si no una gigantesca “egoestima”.
En otras palabras, lo que se les está fortaleciendo es un narcicismo, convirtiéndolos en personas inútiles, como hay aquí muchos jóvenes en Valledupar, que piensan únicamente en sí mismos y anteponen sus beneficios y su bienestar individual por encima de todo. Es lo que pasa cuando nos centramos en cultivarlos a ellos mismos y no en cultivar un buen corazón.
La autoestima es un concepto que a menudo se ha malentendido y sobreutilizado. Se define como juicio personal que tiene cada cual sobre su valor y sus capacidades. Pero, la verdadera autoestima es aquella que desarrolla quien se siente valioso, no solo como producto del amor que recibe, sino ante todo como fruto de la satisfacción de percibirse como un ser productivo y capaz de contribuir positivamente al bienestar del mundo que lo rodea.
Los seres humanos estamos llamados a dar y contribuir. Entre más se le exija que aporten y sirvan, inicialmente en su familias y posteriormente en su comunidad y a los demás en general, mayores serán las posibilidades de que se formen un buen concepto sobre sí mismos y lleven una vida plena y satisfactoria.
Está visto que las personas más realizadas en su vida no son las que tienen más, sino las que dan más. Recodemos que la verdadera felicidad, que tanto deseamos para los hijos, dependerá de la  cantidad de semillas que siembren, de las buenas obras que cultiven y de las satisfacciones que logren cosechar.

Hernán Araujo Ariza.
Este joven vallenato, ingeniero industrial a sus 26 años, es uno de los fuertes candidatos para ocupar un escaño en el Concejo Municipal de Valledupar. Su candidatura ha causado una gran impresión y está considerado como un profesional de talento, y sin duda alguna se convertirá en uno de los más prominentes dirigentes del Cesar.
Su perfil: Bachiller del Colegio Bilingüe de Valledupar. Ingeniero Industrial de la Universidad de los Andes, con experiencia en empresariado a través del desarrollo de pequeñas empresas y proyectos productivos. Especializado en Diseño y Evaluación de Proyectos de la Universidad del Norte. A pesar de su juventud, tiene una destacada experiencia laboral: Docente de la UDES; propietario de la empresa Lavapor Express; gerente del Clúster de la cultura y la música vallenata; Coordinador del Diplomado en Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte, y además, como si fuera poco, fue coordinador departamental de la campaña Sergio Fajardo – Presidente; Vicepresidente de la Fundación Festival Tierra de Compositores de Patillal; Columnista del diario EL PILÓN; Monitor Académico de la Universidad de los Andes; Miembro del Consejo Estudiantil Uniandino. En la Biblioteca El Tintal (Bogotá), hizo práctica social en alfabetización de la tercera edad, entre otros.
Como lo pueden apreciar,  es un candidato formidable. Cuenta este joven con una gran imagen. Posee un magnetismo personal que a donde llega despierta una gran simpatía. Por eso su éxito es fácilmente comprensible.
Profesional preparado, de experiencia y estudioso. Está sintonizado con los problemas de la ciudad. La gente lo conoce, saben que es una persona clara y limpia. Es un joven en el que se puede creer, y finalmente, no tengo la menor duda que será Concejal de Valledupar.

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