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Lo bueno se dio silvestre y en rama

En una ciudad como Valledupar, donde los niveles de desempleo están entre los primeros del país, la cifras que arrojó el balance turístico del lanzamiento musical promovido por el artista Silvestre Dangond en esta capital, y otros eventos culturales en el fin de semana, obligan a revisar la importancia para la economía local de este tipo de eventos.

Ayer se mostró el dato bastante negativo de los resultados de la economía nacional en el último trimestre en los que dos sectores como la construcción (vivienda y obras civiles) y la industria exhiben dramáticas caídas; no obstante, en contraste, el sector del entretenimiento, los eventos artísticos y culturales es el de mostrar.

Fueron tres días de fiestas, cuya programación incluyó un día de caminata y seguidamente dos días de conciertos en el Parque de la Leyenda Vallenata, lo cual requirió de toda una infraestructura logística que involucró a mucha gente y que desencadenó una interesante dinámica comercial durante cuatro días.

El día viernes también se llevó a cabo un evento en el Club Valledupar, en el que se le brindó homenaje al reconocido acordeonero Israel Romero y al gestor cultural Ramón Dávila, allí hubo una gran concurrencia de público, incluidos visitantes de otras ciudades y regiones.

Según el reporte oficial que entregó la Cámara de Comercio de Valledupar, a esta ciudad llegaron más de 12 mil turistas, 9.173 de ellos ingresaron a la capital cesarense a través del Terminal de Transporte y 3.796 por vía aérea. Pero también habrían usado carros particulares. Tuvimos visitantes de 8 países de América y Europa, así como de 30 ciudades. A nivel nacional, el 25 % vino de Bogotá; el 20 % de Barranquilla; el 7 % de Medellín; seis por ciento de Cartagena y Bucaramanga y el 36 % restante de otras capitales. También fueron reportados 16.658 domicilios de comidas en 113 establecimientos con aplicaciones de pedidos.

Probablemente haya habido un grueso de Norte de Santander, de la región de Ocaña y de los municipios del Catatumbo, no registrados en las estadísticas, pero que tradicionalmente han tenido mucha atracción por el vallenato.

Pero no todos vinieron en el puente festivo a los conciertos y fiestas sino a recorrer los paisajes naturales de los alrededores de Valledupar o a sumarse a los eventos del festival de Cine Comunitario en Perijá (Tierra Grata), los encuentros de la Fundación Batuta, en Codazzi y Valledupar, con un importante acordeonista francés, o a ver en Maderos Teatro a los grupos nacionales que por esta época visitan los fines de semana su sala de la ‘Calle del Cesar’.

Son cifras que servirán de sustento para planificar futuros eventos en Valledupar y también para definir el monto de inversiones económicas que se podría hacer frente a una eventual nueva oportunidad de esta naturaleza. En escrito en este diario el analista Fabián Dangond había pronosticado el impacto de la alta apuesta de Silvestre Dangond.

Este flujo de personas llena hoteles, bares y restaurantes, estimula la demanda de bienes y servicios locales; comercios, desde pequeñas tiendas de souvenirs hasta el transporte, contribuyendo al empleo, aunque sea temporal. Permanente será cuando los hagamos durante todo el año. Debe ser el propósito.

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