Por: Jorge Nain Ruiz
Cerró el telón de la versión 57 del Festival de la Leyenda Vallenata y, como ya es costumbre por esta época, en este espacio hacemos un balance global y hablamos de lo bueno, lo malo y lo feo del festival, así que aquí voy con mis apreciaciones.
Lo bueno: nuestro evento folclórico y cultural más importante de Colombia sigue batiendo récords en cifras que mueven la economía regional y local tales como número de turistas, ocupación hotelera y sobre todo la economía informal que hizo su agosto en mayo.
Otra buena noticia es la disminución de delitos comunes por esta época; como hurto de celulares, lesiones personales u homicidios. El gobierno local entregó estos números positivos. “Más de 227.000 personas visitaron la ciudad, 100 % capacidad hotelera con 152.362 personas alojadas. Mientras tanto, en materia de movilidad no se presentaron muertes por hechos de tránsito durante la celebración; ingresaron a la ciudad 24.213 vehículos y 1.293 buses; llegaron 108 vuelos (82 comerciales y 26 chárter) donde ingresaron 5.989 pasajeros.”
La organización de los concursos, salvo algunos lunarcitos, no tuvo inconveniente alguno. El Parque la Leyenda registró llenos, actividades alternas como el conversatorio y concurso de EL PILÓN “La Voz en el Vallenato”, los premios Upar Awards 2024, La Parranda de Sayco, Expofestival y otros que se me escapan, fueron un absoluto éxito.
Lo malo: la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata no da su brazo a torcer en lo relacionado con sacarle el mayor provecho económico al festival. No se explica cómo en el coliseo de ferias ganaderas, las personas deben pagar 15 mil pesos por parqueadero, 15 mil por la entrada y 10 mil pesos por una silla, pero además no habilitan las gradas para que se tenga que arrendar la silla, se necesita mucho dinero para un plan familiar en este lugar. Esta locación hace rato han debido cambiarla, no es fácil llegar a ella, es solo para personas que tengan recursos, el olor que dan los establos no es el más apropiado para un evento de estos. Hay tanto parque en Valledupar disponible, donde se podría hacer estos concursos y que el festival volviera a ser lo que siempre quiso Consuelo, un festival para el pueblo.
El caos vehicular y la casi nula movilidad en la ciudad los días que programan los desfiles de piloneras debe analizarse mejor, a esta actividad le falta planeación y mucho sentido común.
Lo feo: el concurso de piquería tiene varios interrogantes y cuestionamientos, el primero consiste en que se sorprendió a los participantes con una modalidad de piqueria que nunca se había empleado en esta categoría, en concreto se incluyó lo que algunos llaman “La sextilla complementada” es decir tres versos hace el primero y el contrincante le complementa, pero al parecer ni los mismos que crearon la modalidad conocen las reglas de este tipo de versos. Es bueno exigirle repentismo e inventiva a los verseadores, pero no tanto variar las costumbres y las modalidades intempestivamente.
Entre muchos participantes de la piqueria se regó desde el día del inicio de este concurso que ya se conocía el pódium con los tres nombres de los ganadores y es muy extraño que el resultado coincidió exactamente. Valdría la pena revisar eso.
COLOFÓN: está caminando a pasos agigantados la propuesta que hice en el foro “La Voz en el Vallenato” de crear la Escuela de Canto Iván Villazón en Valledupar, agradezco al director de EL PILÓN el apoyo y a todos los que se han ofrecido a colaborar.