Empecemos por lo bueno. El triunfo de Joe Biden fue contundente, pues no solo se alzó con la mayoría de los colegios electorales correspondiente a 27 estados sumando un total de 306 contra 232, sino que además logró superar al presidente Trump por más de siete millones de votos obtenidos en franca lid, en una elección calificada de histórica por el alto número de votantes. Lo de Kamala Harris, también es bueno, pues se trata de la primera mujer afrodescendiente, de padre jamaiquino que ocupa la Vicepresidencia de los EE.UU.
Lo malo, sin lugar a dudas fue la lentitud en el conteo de los votos que tuvieron al mundo entero en vilo, sin conocer los resultados de la elección. Consideramos muy lamentable, que los candidatos sean tan longevos, Trump, presidente en ejercicio tiene 74 años, y el presidente electo tiene 77 años; es decir, si su salud no le hace una mala jugada, terminará su período presidencial a los 81 años (¡!). Cabe preguntar: ¿dónde están los jóvenes, con deseos de llegar a ser presidente de su nación?
Lo feo, sin lugar a equívocos es el papelón del señor Donald Trump, que además de desconocer el claro triunfo de Biden, insiste en un fraude electoral, pretendiendo ganar en los tribunales lo que no consiguió en las urnas. También es fea la polarización de los EE. UU, pues Biden deberá unir los fragmentos rotos del alma nacional; tendrá que trabajar con un Senado mayoritariamente republicano y una Cámara mayoritariamente demócrata.
Ahora bien, mucho se especula acerca de lo que hará el presidente electo una vez tome posesión del cargo. Esperamos que, dentro de sus prioridades este, la de retomar la defensa del medio ambiente, fomentando la política de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero; seguir al pie de letra las recomendaciones de sus asesores en el manejo del Covid-19 para mitigar los efectos de la pandemia en aras de salir del deshonroso primer lugar que ostenta a nivel mundial. Así mismo, consideramos que regresará a la OMS y restaurará las maltrechas relaciones dejadas por su antecesor con la OTAN y los organismos multilaterales. Tratará de limar las asperezas dejadas por su antecesor con China.
Le dará un plazo razonable a Nicolás Maduro, para que se vaya de una buena vez, y Venezuela pueda tener por fin elecciones libres y democráticas. De momento descartamos, por el talante pacifista del presidente electo, la opción militar. Restablecerá igualmente las relaciones con Cuba, incluyendo en la agenda el tema comercial y de DD.HH. Nosotros tendremos en Biden un aliado, un presidente respetuoso de nuestra autonomía. Probablemente ordene el retiro inmediato de las tropas estadounidenses que desde hace meses se encuentran en nuestro territorio, sin que se conozcan a ciencia cierta los motivos de su visita, pero hay sospechas de cuáles pueden ser.
Debemos tener fe en que la mesura y ponderación del presidente electo Joe Biden, además del profundo conocimiento de nuestra situación geopolítica, lo llevará a tomar las mejores decisiones para su nación y para todos ¡Que así sea!
Nota de cierre: Todos los años el diccionario Oxford del Reino Unido escoge la palabra del año, si nosotros hiciéramos el mismo ejercicio yo votaría por la palabra; Resiliencia: Que significa la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende que es el arquitecto de su propia alegría y su propio destino. darioarregoces@hotmail.com