En 1978, en la península Guajira, estaba en su esplendor la bonanza marimbera, cultivo que generó en la región todo tipo de extravagancias, los protagonistas eran campesinos, que de la noche a la mañana, recibían montones de dinero, al sustituir sus tradicionales cultivos, por la marihuana.
Era común ver, a estos nuevos ricos, estrenar vehículos de alta gama, costear parrandas, de hasta una semana o más, con grupos vallenatos y artistas de otras procedencias, cerraban los más caros hoteles, para el disfrute de unas cuantas personas, eran bacanales con reinas de Cartagena a bordo, inclusive cuando estaban, embriagados por el licor y el poder del dinero, quemaban billetes de alta denominación; el que incinerara más plata, ganaba el respeto del resto del clan, era sinónimo de poder.
Estos personajes se volvieron famosos, gracias a su amistad con los cantantes de la música vallenata, que en agradecimiento por los regalos en dinero y especie de que eran objetos, los artistas devolvían el favor con cantos que terminaron mitificando a estas personas.
Uno que alcanzó la fortuna con la marimba y la fama a expensas del folclor vallenato, fue, Lisimaco Peralta; campesino oriundo del corregimiento de Las Flores, cerca de Riohacha, así lo reseñan, los investigadores, Freddy González Zubiria, y Stevenson Marulanda.
Lisimaco, se desempeñaba como jornalero , hasta que descubrió las suculentas ganancias que producía la marihuana, incursiono como, celador de caletas, transportador del producto, a los puertos y pistas clandestinas, para luego convertirse en comprador del alcaloide, que embarcaba a los Estados Unidos, corono, como se dice en el bajo mundo.
Hernando Marín, conoció pormenores de la juventud pobre que vivió Peralta, y la fortuna de la cual hacia alarde después, supo además de su condición de mujeriego; le hizo la canción, Lluvia de Verano; la grabaron Diomedes Y Juancho.
Jamás imaginaron los protagonistas, el éxito que alcanzaría la canción y la tragedia que produciría a los pocos días de salir al mercado.
Fue para una fiesta de cumpleaños de unos paisanos, de la población, Las flores; fue invitado Peralta, y todos los habitantes del pueblo, además los hnos. Reyes y Juan Guerra, marimberos también, quienes tenían diferencia con Peralta, amenizarían, Diomedes y Rois, en la Caseta Salsipuedes.
Abrió la fiesta, “Lluvia de Verano”; emoción para el protagonista de la canción, agradeció a Diomedes y este lo remitió a Marín; la noche adulta comenzó a tornarse pesada, hubo varias amenazas e improperios por parte de Reyes a Peralta, quien desenfundo, con tan mala suerte que su arma se atascó, recibió 7 tiros por la espalda, por un compañero de Reyes, allí fue Troya, diluvio de plomo, El saldo, 4 muertos; Lisimaco, Reyes y Juan Guerra y un anciano; el asesino de Peralta, se escabulló por el camino la noche de Las Flores, el pueblo carecía de energía eléctrica.
A Diomedes y Juancho los vieron saltar una tapia, pararon la Carrera debajo de una cama, fueron sacados de allí por el ejército, Diomedes cumplió su palabra, no volvió al bailadero, Salsipuedes.