X

Llenos de gracia

“Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo”. Hechos 6,8.

Se define la gracia como ese conjunto de cualidades que hacen agradable a una persona o cosa que las tiene. También, como un don o favor que se da sin merecimiento, es una concesión gratuita y no depende de las condiciones de quien lo recibe, sino del carácter de quien la otorga.

Al describir a nuestros líderes locales, nos referimos a ciertos aspectos de su personalidad como su sentido de responsabilidad, dedicación a lo que hacen, capacidad para resolver problemas; pero, no es muy frecuente encontrar a nuestro alrededor personas llenas de gracia.

Tomando el texto del epígrafe, me pregunto: ¿en qué pensaba el autor del libro de los Hechos cuando dice que Esteban era un hombre lleno de gracia? Tal vez estaba reconociendo el testimonio inmaculado de su vida limpia o quizás su liderazgo y servicio como diacono de la incipiente iglesia. Pero, en todo caso, unos versos más adelante, el autor Lucas nos dice que, cuando los del Concilio fijaron en él sus ojos, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

Según esa frase, la expresión lleno de gracia parece referirse a algo sobrenatural, no producido por los hombres o el mero esfuerzo humano. Algo que tiene una cualidad celestial. Y esta, precisamente es la idea central de lo que hoy quiero comunicar: la gracia es una cualidad alejada de la realidad del mundo cotidiano del ser humano, porque depende enteramente de Dios.

En el competitivo mundo en el que nos movemos, para obtener algo, siempre debemos transitar por el camino del esfuerzo personal, esto implica rivalizar con otros como en una carrera, y solamente los de mejores cualidades personales, o mejores relaciones, llegan a conquistar sus metas.

La gracia se mueve en una dimensión completamente diferente. El entorno apropiado para su manifestación es la debilidad humana, la fragilidad del ser, la inseguridad básica. La gracia se nota en aquellos que no reúnen las cualidades, se hace fuerte en situaciones en donde los recursos propios se han agotado, viene sobre nuestras vidas cuando reconocemos que el camino a recorrer es imposible de conquistar o las circunstancias nos han desbordado y ya no tenemos fuerzas.

Queridos amigos: cuando se describe a Esteban como un hombre lleno de gracia, se está describiendo a un líder que servía desde su debilidad, no desde sus fuerzas. Esteban tenía conciencia de su incapacidad para hacer lo que se le había encomendado. Le faltaba eficiencia, carecía de elocuencia y seguramente sus fuerzas físicas también eran escasas. Lo que sí podemos afirmar categóricamente es que el mundo veía en él un hombre absolutamente dependiente de Dios en todo y para todo. En fin, ¡era un hombre lleno de gracia!

¡Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad! ¡Qué maravilloso es que se pudiera decir que también nosotros somos personas llenas de gracia!

Abrazo fraterno y bendiciones abundantes.

Categories: Columnista
Valerio_Mejia_Araujo: