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Que llegue la cooperación internacional

El Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, PNUD, estuvo en el Cesar, especialmente en Valledupar, durante varios años trabajando en el fortalecimiento de las instituciones, la sociedad civil y las organizaciones sociales.

En un editorial publicado en febrero de 2014, nos referimos a los intangibles del PNUD, que fueron variados y significativos, especialmente en los resultados obtenidos en los procesos de inclusión de la población vulnerable y víctima del conflicto; es decir, logró cumplir con la apuesta de un escenario más incluyente para las mujeres, afrodescendientes, indígenas, campesinos y víctimas del Cesar.

Dijimos que “estos intangibles se pueden expresar en tangibles, como todo el tema de organización de los consejos comunitarios de la población afrodescediente, su solicitud de titulación de sus territorios colectivos y la elaboración de los expedientes para acceder a la reparación colectiva de estas comunidades que sufrieron el rigor de la violencia; así como la elaboración del plan de desarrollo de la Reserva Campesina de cuatro municipios ceserenses (Pailitas, Pelaya, Curumaní y Chimichagua), y el plan de retorno de estas poblaciones y el corregimiento de Casacará”.

Todo esto fue producto de la cooperación internacional que hizo esta agencia de Naciones Unidas, que sumada a otros acompañamientos de embajadas y otras ong internacionales tenían presencia en este territorio. Sin embargo, poco a poco se fueron, cerraron sus oficinas y dejaron al territorio trabajando en su reencuentro y reorganización.

Hoy que estamos en una etapa de implementación de los acuerdos de La Habana, resultado de la firma de la paz entre el Gobierno Nacional y las Farc, necesitamos nuevamente de esa cooperación internacional. Celebramos que el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, haya anunciado la creación de un comité de cooperación internacional, que debe enfocarse en temas específicos y no diluirse ni confundirse con lo que necesita Valledupar de la cooperación internacional.

Conseguir becas y mandar a vallenatos a otros países es muy bueno, pero hoy lo que se requiere es que recursos internacionales lleguen a fortalecer las comunidades vulnerables y a las organizaciones sociales para consolidar la democracia.

El municipio de Valledupar por sí solo será receptor de nuevas inversiones, su inclusión en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), como uno de los municipios del posconflicto así lo hace ver, al igual que su entrada a las zonas más afectadas por el conflicto, ahora denominadas Zomac.

Qué lleguen los recursos, que sean bien invertidos y aprovechados. Es un buen momento para fortalecer al municipio.

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