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Llegó el 2016

Se fue el 2015. Llego el 2016 y a ponerle buena cara. El mundo esta urgido de condiciones de humanidad, de que se superen las antipatías, las envidias muy frecuentes en nuestro medio, los odios, los resquemores y sobre todo las ambiciones. Todo esto se traduce en violencia. Y a pesar del inmenso esfuerzo que ha venido cumpliendo el presidente Santos, ciertamente no estamos viviendo los mejores momentos en nuestro país.

La navidad fue un motivo de regocijo, de acercamiento familiar. Pasada la fiesta de noche buena nos hemos preparado para recibir el Año Nuevo y la eminente llegada del 2016. Habrá quienes gozaron, quienes sufrieron y quienes recibían con intensidad, con pasión o hasta con rabia el Año Nuevo.

Tampoco es cosa de otro mundo, pasar de un año a otro, las estrellas brillarán igual. Los políticos seguirán igual, prometiendo y echando mentira, algunos funcionarios públicos seguirán robando, otros flojeando, algunos concejales mamando gallo, otros cometiendo deslealtades y muchos ‘mermeliando’, las tertulias del Turco Pavajeau seguirán aumentando y los viejitos pasándola sabroso y chismoseando, las maravillas de Carlitos Quintero servirán de terapia y el ser humano poco va a cambiar.

Seguramente los viejos se sentirán más viejos y los jóvenes más jóvenes, pero en el fondo nada va a pasar.

El anhelo de paz en todo el mundo, pero en especial Colombia, seguramente aumentará, es un deseo que percibimos más que los otros años y compartimos casi con ferocidad, aunque parezca contradictorio nuestra Colombia se lo merece. Igual nos estamos preparando después de la llegada del 2016 para tres eventos de mucha importancia, la posesión del nuevo gobernador Franco Ovalle y del nuevo alcalde ‘Tuto’ Uhia. La fiesta de los Reyes Magos y las festividades de la fiesta de Valledupar el 6 de enero.

Como es mi costumbre trataré otros temitas: que ojalá para el 2016 no se permita la corrupción que hoy campea en la contratación pública. Que se acabe la mermelada o que se reduzca a sus justas proporciones. Que Valledupar tenga un alcalde, como sabemos que lo vamos a tener, que administre bien a nuestra ciudad. Afortunadamente esta semana llega a su fin el mandato del alcalde Freddy Socarrás, termina con una imagen desfavorable y agréguele a esto la golpiza electoral sufrida por su movimiento.

Posdata: Darle gracias a Dios por la llegada de mi octavo nieto Santiago Vergara, nacerá en los primeros días de enero, hijo de Juan Manuel Vergara y mi hija Silvia Carolina Herazo, nieto también de Gustavo Vergara y Alinita, naturalmente que viajaré a Sincelejo lugar de su residencia, para cumplir con tan importante acontecimiento para la familia, por lo tanto por estar ausente no podré asistir como era mi deseo a la posesión del nuevo Gobernado y Alcalde, a quienes les deseo sus mejores éxitos en su gestión.
Feliz año para todos mis lectores.

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