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¡Llegaron cóndores a Besotes¡

Esta noticia de la semana pasada pasó algo desapercibida en la región. El avistamiento de aves mueve millones de dólares en el mundo, para el caso nuestro,  tenemos un lugar privilegiado en él, por su basta variedad y coloridos, endémicos unos, escasos otros, desconocidos en su mayoría, y para colmo de males, quienes vivimos aquí somos quienes menos nos interesan estas cosas.

Pero la noticia de cinco cóndores en el cerro del mismo nombre en Los Besotes, sí debería ser tema de primera página. Nosotros  escuchamos Besotes cada campaña electoral de alcaldes, gobernadores y presidentes, luego las famosas autoridades indígenas, con sus intríngulis legales, gobiernos propios, visiones cosmogónicas y religiones de cada etnia,  también suelen soltar perlas sobre Besotes, pero a la gran mayoría parece importarle un ósculo, el tema, y menos ahora cuando la pandemia los tiene prohibidos.

No había pasado media hora del acontecimiento de voladores andinos, cuando desde la Sierra del Perijá, otro experto vio un solitario cóndor, volando bajo, o tal vez sumándose a la alegría de tener cerca a compañeros de su especie. Posiblemente estaba herido sentimentalmente, como el del canto del Cacique, pero aclarando que el Cóndor herido al fin no se fue, La Virgen del Carmen lo hizo regresar. ¿Entonces se fue o no? ¿Y cómo lo hizo regresar? Ay Diomedes…

Nuestros compositores siempre han cantado a las aves, La golondrina de Escalona; El Chupaflor, con Alejo Durán, obra de José Benito Barros; El colibrí, Gullo Fragozo; Los Gavilanes y EL gavilán castigador de Calixto Ochoa; La paloma guarumera, de Alfredo Gutiérrez; Ahí vas paloma, de Chiche Maestre; incluso algunos autores como Leandro Díaz, le cantaron a La lechuza, y Migue Morales a las tierrelitas. Se suman La fiesta de los Pájaros con Sergio Moya, o el Pájaro de mi abuelo, de Romualdo Brito en versión del gran Jorge Oñate, que por su salud está rogando todo el país vallenato en estos días.

Pero esa noticia de los cóndores nos deja satisfechos, contentos, emocionados.  Y al mismo tiempo, preocupados. ¿Se imaginan que el nido esté en predios de Los Besotes? Eso retrasaría el menos medio siglo más la represa, mientras los Mamos de la nevada digan que esas aves son parte de los pagamentos de la madre tierra, los ecologistas aseguren la posibilidad de reproducirse y ese   lugar por el cambio climático. Mientras el gobierno contacte, contrate y escucha  científicos ornitólogos, y “condorológos” del mundo la cosa, podría entorpecer nuestros cercanos proyectos de agua. No descartemos que el escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal venga y confirme que esas  son las aves de su novela y por lo tanto merecen cuidado especial.

Por ese pequeño detalle nos perdimos del show de las vacunas en la ciudad, ya no sabemos qué hace Holvaniz, nuestra heroína local, casos nacionales como el tema Uribe- Vivanco, alcaldesa de Bogotá- Minsalud,  carta para elenos en Cuba, Odebrecht, la inhabilidad de Guaidó, incluso las vainas que quiere decir Mancuso y el propio Ñoño Elías en las últimas horas, no son nada ante la aparición de cinco cóndores por nuestra región. Ahora como estamos estrenando Valledupar Ciudad Bosque, tal vez esa visita de los cóndores sea programada por el gobierno local, hoy con tanta tecnología, todo se puede.

Pesares: Anuncios sobre despidos en la industria minera están entre las noticias de última hora. Los antiguos deben dar cabida a los nuevos después de 30 o más años de labores, los nuevos quieren empleos, los antiguos también. ¿Quién tiene la fórmula? Algo tiene que pasar, todos quieren una palomita…

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Edgardo_Mendoza_Guerra: