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Libertad versus seguridad

ENTRE OTRAS COSAS…

Por: Dario Arregoces

Con los recientes hallazgos de las interceptaciones y seguimientos, realizados por el DAS a personajes de la vida nacional como el actual  ministro del Interior y de la Justicia y al hoy presidente Juan Manuel Santos, queda demostrado que en Colombia se trocó la libertad por la seguridad, quiero decir que el Estado en su afán de dar con los terroristas, pasó por encima de las más elementales libertades ciudadanas.
Resulta que la práctica del espionaje, propia de las grandes potencias mundiales, ha llegado a los países tercermundistas,  infiltrando a magistrados de las altas cortes y a personajes de la vida nacional, quién sabe con que perverso propósito.
Espiar es una práctica totalmente ilícita, que se hace sin previa orden judicial y que no debe tenerse como información clasificada por su origen espurio. Los computadores, registros fílmicos y grabaciones, obtenidas al amparo de  este  procedimiento, deben estar en manos de la Fiscalía, y no se explica que aún se esté discutiendo sí se desclasifica o no, la información. De llegarse a levantar la reserva de estos archivos,  se tendría la leve esperanza de que al menos los empleados de bajo rango y en el mejor de los casos los de nivel medio, que prestaron su concurso para los citados fines, reciban su merecido.
Las cámaras registradoras situadas en los semáforos, con fines de ejercer un mejor control sobre el tráfico vehicular, se han convertido  en valiosa y legítima herramienta a las autoridades de policía, pues se logran  imágenes de los infractores de la ley, pero como se puede ver, no hay ningún tipo de intromisión en la intimidad de las personas.
El espionaje masivo, es una realidad en los EE.UU, Rusia, China y el Reino Unido, donde los ciudadanos del común, en su inmensa mayoría, sin ser sospechosos de delito alguno, en la práctica son vigilados como potenciales delincuentes. Tal parece que la seguridad está por encima de cualquier otro bien jurídico y que en aras de mantenerla se pueden tomar los “atajos”.
El Reino Unido, viene asumiendo un indiscutible liderazgo en lo que parece ser la nueva consigna orbital: El cambio de la libertad por la seguridad, pues nada más que en el gobierno del  primer ministro Tony Blair, se crearon en ese país  tres mil nuevos delitos, en detrimento  de las libertades ciudadanas. Se respira pues un ambiente de desconfianza entre el Estado y sus ciudadanos que raya en la paranoia.
El novelista inglés George Orwell, fue el inspirador de la serie de televisión “Gran Hermano”, transmitido en más de setenta países con notable éxito, en términos de rating. El formato de dicho programa, consiste en someter a los concursantes a diferentes pruebas, teniendo que interactuar entre sí, por varias semanas y llegando incluso a tener relaciones sexuales para el deleite de la vasta audiencia. Todo ello en aras de obtener un jugoso premio. Pero el mensaje subliminal del programa es mostrar que “el espionaje no es malo”.

LA FRASE DE CIERRE: “Si el hombre inocente y honrado tuviera que entregar por amor a la paz, todo cuanto posee y no ofrece resistencia a quien le pone violentamente las manos encima ¿qué clase de paz sería la que reinaría en el mundo?” Jhon Locke, filósofo británico.
darioarregoces@hotmail.com

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