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Ley 2020 de 2020: la resurrección de los elefantes blancos

Mientras la gente se concentraba en los picos de la pandemia se expidió una nueva ley el pasado 17 de julio. La Ley 2020 de 2020 que ordena que se levante un registro por parte de la Contraloría General de la República de las obras civiles inconclusas.

Las entidades nacionales, las departamentales y municipales deben proceder en un plazo perentorio que vence en octubre a manifestarse  informando sobre la obra y sus características básicas,  que  describen  los elementos claves de la obra, procediendo con el correspondiente registro.

Ya sabemos que por lo menos en el departamento las entidades territoriales, con el concurso de la gerencia departamental de la Contraloría, habrían registrado más de 26 obras en la plataforma diseñada y creada para el efecto.

¿Qué busca la norma?: que se concluya la obra o se proceda a su demolición, previa evaluación integral. Aunque eso no necesitaría que lo dijera la ley si la administración pública fuera diligente, por el tiempo transcurrido y el escándalo de las obras, se llegó a tramitar una ley contra los llamados ‘Elefantes Blancos’. 

Según el artículo 15, en el Registro Nacional de Obras Civiles inconclusas, que será de conocimiento público, se incluyen también aquellas terminadas que no hayan sido nunca puestas en servicio, como sucedió con  mercados, colegios, hospitales  y terminales de transporte en la región.

Asunto problemático resultará el de las vías de que en los pueblos se dice que “allá en Bogotá en los mapas esta vía aparece pavimentada”, y tantas obras cuyo alcance o fase no se precisa de cara a la comunidad, como los acueductos.

O el de la Ruta del Sol II, que atraviesa Centro y sur del Cesar, que parece que ya bajo la nueva denominación de Troncal del Magdalena Medio, dentro del paquete de las nuevas autopistas de quinta generación 5G, dejaría de ser una gran obra civil inconclusa para salir a licitación en el año 2021, pues los mantenimientos y mejoras que ha hecho el Instituto Nacional de Vías, INVIAS, de lo que dejó el consorcio de Odebrecht, sólo  alcanzaron para ejecutarla hasta un 55 %.

Otro es el caso hoy de la monumental Casa en el Aire, cuya terminación -que es apenas su primera etapa-  ha generado inquietud de si se convertirá en otra obra más de esas.  Y de la que hemos escuchado en la voz de la secretaria de obras María Raiza Fuentes, que en el presente mes de septiembre se reiniciarán trabajos para culminar una etapa funcional. Ya nos estábamos poniendo nerviosos, porque la sola alusión a Rafael Escalona, el más grande compositor vallenato, genera en el pueblo la idea de que esa casa de amor se iba a quedar en puro canto. 

Esa misma sensación que ha acompañado a la sabiduría popular con un impresionante  puente, que le pusieron por nombre, Rafael Escalona, sobre el río Cesar, donde, como dice su propia obra musical, “Escalona y que se ahogó por andar de enamorao”; el ya famoso ‘puente sin carretera’.

Parece que esta vez con el registro del INVIAS, de esa emblemática obra inconclusa, la autopista Valledupar- La Paz de 7 kilómetros,  el ya viejo y ahogado elefante blanco saltará de las enlodadas aguas camino a su resurrección. 

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