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Letrinización de Valledupar

No en teoría, sino en la práctica, Valledupar se ha convertido en una letrina, principalmente por la descarga excremental de perros callejeros en gramados, jardines, andenes, bulevares, parques y calzadas de calles y avenidas, porque como animales irracionales, que son, obran por instinto, y en consecuencia no son conscientes de sus actos, aunque se legisla para que el concepto de familia interespecie o animales de compañía sea reconocido por el derecho.

Caninos y felinos que pululan con impacto sanitario negativo en la ciudad, fenómeno ‘Perrohíjo’ y ‘gatohijo’, que se ha disparado por la moda y el rol social de adoptar mascotas y gatos, por no procrear, hasta sacrificar el presupuesto familiar por la manutención de animales que hoy gozan de más privilegios que la misma gente.

Bien por el Centro de Bienestar Animal, logro del exalcalde Mello Castro, pero mejor si esta entidad enfoca su función misional, paralelamente al cuidado de gatos y perros callejeros que, igual que las mascotas son seres sintientes, a diferencia de que estas últimas (las mascotas) tienen dueño, refugio y protección.

A los perros se les describe como el mejor amigo del hombre y en su condición de mascotas domésticas suelen ser leales y les gusta estar cerca de los humanos. También son útiles para reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y la soledad, fomentan el ejercicio y el juego e incluso mejoran la salud cardiovascular.

Un perro regala lealtad, amor incondicional y una insólita capacidad de captar las emociones de sus dueños. Un vínculo irrompible entre animal y ser racional. “El perro es el mejor amigo del hombre”, una afirmación que escuchamos desde hace décadas y que cada vez queda más claro.

No hay que apelar al maltrato animal, pero se debe obrar por asepsia, que es el conjunto de maniobras y procedimientos destinados a eliminar gérmenes, con esterilización, antisepsia y desinfección de perros y gatos callejeros, procedimiento que debe ir acompañado de batidas para conducirlos al Centro de Bienestar Animal, con el fin de esterilizarlos y evitar la superpoblación, porque se carece de la capacidad de albergue.

Holanda se convirtió en el primer país sin perros callejeros, seguro por razones de salud, basado en literatura científica, puesto que los perros y gatos son portadores de la bacteria ‘capnocytophaga canimorsus’, causante de coagulación sanguínea, gangrena y muerte, por amputación de extremidades, tragedia atribuida al contacto de la saliva de caninos y felinos, que mucha gente por desconocimiento y terquedad, suele abrazar y besar.

La ciudad y los perros del laureado escritor peruano, Mario Vargas Llosa, describe en forma literal  los tiempos de la humanización de los animales y la animalización de los humanos, aunque no es el tema que nos ocupa, pero guarda correlación, para destacar el hecho de que Holanda le tenga hogar a los perros callejeros, forma de extirpar de raíz un problema sanitario, ejemplo que conviene emular, sin complejos de ser nosotros aldea tercermundista y Holanda país nórdico del primer mundo con las más altos estándares  de desarrollo.

El Centro de Bienestar y Protección Animal dispone de asistencia médica veterinaria, granjas cubierta y descubierta, morgue, salas de urgencias, cirugías, rayos X, toma de muestras, de yeso, observación, laboratorio y unidad de cuidados intensivos, entre otras locaciones indispensables para el bienestar animal.

Sería de gran utilidad y sensibilidad convertirlo asimismo en el hogar de perros y gatos callejeros, lo que es viable, si se tiene visión y voluntad política, a la luz de una alianza público-privada APP que no se limite únicamente al presupuesto municipal aprobado para la vigencia fiscal 2025, aforado en 1 billón 422.000 mil millones de pesos, ejecución que debe ceñirse a un marco de prioridades haciendo de tripas corazón, dado el cúmulo de necesidades que tiene Valledupar en proporción a las limitaciones económicas, pero obrando con transparencia es mucho lo que se puede lograr.

Por: Miguel Aroca Yepes.

Categories: Columnista
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