Por José Atuesta Mindiola
LEER para comprender y ESCRIBIR para transformar, es el libro editado por el Ministerio de Educación (2013) y entregado a los docentes del país, contiene ocho ensayos de reconocidos escritores y siete entrevistas a expertos en pedagogía y bibliotecas escolares que muestran algunos senderos para el fortalecimiento de la escuela como espacio fundamental en la formación de lectores y escritores.
Es un compromiso de todos los docentes leer y releer este manual didáctico que propone experiencias significativas. Hay que superar el error de creer que los docentes de lengua castellana son los únicos que están obligados a promover la lectura.
Se lee y se escribe en distintos lenguajes, la lectura es la entrada a la comprensión de todo cuanto nos rodea. Dice la investigadora Beatriz Helena Robledo, a los maestros se les pide cambios pero no se les dice cómo hacerlos. Entonces hay que hacer un trabajo de actualización.
El maestro debe reconocerse como lector, porque si es lector es creativo, y se las ingenia ante todos los obstáculos que pueda tener.
El libro presenta estrategias y reflexiones que pretenden hacer que la lectura y la escritura se conviertan en prácticas sociales y culturales permanentes y efectivas, fundamentales para mejorar las competencias y la calidad de la educación.
Los estudiantes viven la era digital, más sediento de conocimiento mediático que de conocimiento reflexivo. No hay que gramaticalizar la lectura, llenando cuadros, respondiendo preguntas; será un acierto realizar lecturas gratuitas, cuyo único sentido sea el goce del texto, el placer de leer o de escuchar una buena historia sin que el estudiante piense que debe pagar por ello, y sin que el maestro piense que es obligación hacer el control de lectura. Se recomienda no iniciar con lecturas obligatorias, es gratificante que el estudiante tenga la opción de elegir y después de manera gradual se les recomiendan otros tipos de lecturas.
La investigadora Yolanda López comenta una experiencia: La poesía en los jóvenes es clave, porque ellos están en la etapa del enamoramiento, la rebeldía y la amistad; invité a que cada estudiante eligiera el poema que más le llegara al alma, lo leyera, lo interiorizara y después trasmitiera sus emociones a sus compañeros en una lectura de voz alta del poema.
Luego en sesiones posteriores, ellos se iban comentando poemas, se mostraban libros de poesía y hojas impresas de algún portal de internet. Pasadas algunas semanas, algunos ya tenían en sus manos poemas de su autoría.
En el prólogo del libro, María Fernanda Campo, Ministra de Educación, dice: “un país de lectores es también un país de personas más tolerantes, con mayor capacidad de comprender situaciones complejas y de inclinarse hacia la mediación pacífica sobre la agresión y la violencia”.