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Lecciones no aprendidas

La semana pasada el país recibió la infausta noticia del brutal ataque perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a una base militar en Puerto Jordán en el departamento de Arauca, dejando hasta el momento un saldo de tres soldados muertos y veinticinco militares heridos, todo esto ocurre en el marco de la búsqueda de la Paz Total en la que está empeñado el presidente de Colombia Gustavo Petro Urrego, y ocurre con un grupo guerrillero con el que se viene dialogando en procura, insistimos, de llegar a acuerdos que pongan fin al conflicto. dentro de una guerra fratricida que parece no tener fin.

En este orden de ideas, nos cuestionamos acerca de la real voluntad de paz y de sometimiento por parte de la insurgencia y demás estructuras delincuenciales que tanto daño causan al país. Consideramos que el Gobierno de J.M. Santos, deja unas lecciones que Gustavo Petro debería tomar en consideración. La primera es negociar en medio del conflicto. Con ello el presidente Santos evitó esto que está sucediendo en la actualidad, y son las recíprocas acusaciones por supuestas violaciones a los pactos de cese al fuego, además de los injustos señalamientos al Gobierno de no permitir que la Fuerza Pública cumpla con su función constitucional de defender la población civil. Negociar en medio de la guerra implica combatir como si no hubiera mesa de diálogo, y dialogar como si no hubiera conflicto. La segunda lección: nada está acordado hasta que todo esté acordado. Esto significa que no hay términos medios. Que es todo o nada, que es una estrategia que apunta a un resultado único y definitivo. Decía el premio Nobel que las Farc le insistió en la declaración de cese al fuego bilateral, a lo que él se opuso. Hoy la sensación que existe es que las treguas firmadas en el Gobierno de Barco, Betancur y Pastrana Arango, o los ceses al fuego, pactados por el Gobierno de nuestro presidente Petro, solo han servido para que la insurgencia crezca en número de combatientes y fortalezcan sus finanzas producto de las llamadas actividades ilícitas.
Estamos en un punto de inflexión en el que hay que analizar con serenidad las estrategias utilizadas, y hacer un balance equilibrado de las mismas, para no incurrir en errores del pasado. Nuestro presidente Gustavo Petro lo ha dicho, es el momento de conocer si realmente estos grupos armados están vestidos de guerrilleros, o de traquetos.


Siempre le apostaremos a la Paz, a la salida negociada del conflicto, y siempre estaremos en desacuerdo con la ultraderecha que propone la guerra total, entre otras razones porque consideramos que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. Tal como se expresa en el artículo 22 de nuestra Carta Política. Aunque muchos de los enemigos de la Paz, parecieran entender que la obligación del pueblo colombiano es ir a la guerra total, y eso sí que sería más de lo mismo.


La frase de cierre: “Un hombre hace lo que debe, a pesar de las consecuencias personales, a pesar de los obstáculos, peligros y presiones, y eso es la base de la moral humana”. Winston Churchill (1874.1965).
Por: Darío Arregocés Baute. / darioarregoces2308@hotmail.com

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