Lee Kuan Yew, considerado el padre de Singapur, ocupó el cargo de primer ministro desde 1959 hasta 1990. Varias investigaciones coinciden en que las bases del éxito de Singapur se explican en cinco claves: acabar con la corrupción, reforma judicial, la creación de empleo, reforma educativa y creación de empresas estatales para ganar dinero y ofrecer más empleo. Sobre la primera base de éxito, Lee Kuan Yew, insistía con determinación: Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares.
Muchos criticaron a Lee por liderar el país con un estilo autoritario que reprimió la disidencia política y las libertades de prensa, su firme control del poder y el mantenimiento de la estabilidad, dieron poco margen para las prácticas financieras corruptas. Sus controvertidas prácticas de gobierno, crecieron con la adopción de la pena de muerte y el trabajo forzado para los criminales confesos, narcotraficantes y violadores probados siendo los más repetitivos condenados a muerte. Pero su gobierno fue más lejos, se decretó que toda figura pública corrupta (políticos, policías, militares, etc.) fueran condenados a muerte (siempre y cuando se contara con pruebas sólidas que los involucre).
He transcrito las anteriores líneas históricas, que sirvieron de preámbulo, para hacer de Singapur una ciudad – estado del primer mundo, para recalar en Jean de la Bruyere, a través de una de sus máximas: una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia.
Esta semana la entrada en vigencia del decreto de la dosis mínima, el asesinato de génesis rúa vizcaíno y el secuestro del niño Cristo José, en norte de Santander, nos consternaron y revivieron nuestra impotencia, pero como habitualmente ocurre se volvieron noticia mediática. Estas infamias y los casos de corrupción de Odebrech, el cartel de la hemofilia, alimentación escolar, Reficar, entre otros, invocan para el país las medidas y las cinco claves promovidas e implementadas por Lee Kuan Yew en Singapur.
Colombia progresivamente enfrenta una marcada inestabilidad institucional que impacta la seguridad jurídica del régimen político, además, con una tradición caracterizada por intentar resolver los principales problemas del país, a través de la expedición de Leyes. Por eso, está lejano acercarnos al ejemplo de Singapur, puesto que, las reformas sin institucionalidad son inútiles y dejan vacías las propuestas, como penas capitales para los corruptos, narcotraficantes, secuestradores y violadores.
Por Luis Elquis Díaz-@LuchoDiaz12