Decir que el servicio de energía eléctrica en Valledupar y el Cesar es muy costoso, que es uno de los más caros del país, es una realidad inocultable, eso lo saben los directivos de Afinia, la empresa operadora; también son conocedores los alcaldes, el gobernador y el Gobierno nacional, esa es la gran verdad.
Ante esto, los usuarios del servicio domiciliario de energía eléctrica con impotencia y mucha inconformidad a diario se preguntan el porqué de esos altos costos, además de la deficiencia del mismo.
Al respecto, el gerente general de Afinia, Javier Lastra, estuvo recorriendo el Cesar tratando de explicar el meollo del asunto. El informe no es alentador y la solución no será tan pronta como muchos quisiéramos; los múltiples factores que intervienen hacen muy complejo el tema.
En voz del gerente, el problema es mayúsculo y como tal requiere de una solución de ese mismo tamaño en la que tienen que intervenir, en primera medida, el Gobierno nacional con una decisión radical y a partir de ahí tendrán que involucrarse las demás instancias institucionales del orden regional y local, además de la misma comunidad reconsiderando los hábitos de consumo de energía.
La crisis en la prestación del servicio comenzó porque se dejaron pasar muchas décadas sin hacerle inversión a la infraestructura física y logística del sistema de distribución de energía, ni siquiera labores de mantenimiento se desarrollaron. Además, las normas vigentes que regulan el tema no están acordes con la realidad del país y mucho menos con las condiciones climatológicas de una región como la costa Caribe.
Sumado a todo ello, el constante y consabido fraude en el consumo de energía que se registra en distintos sectores sociales, en especial en los barrios subnormales, considerados ilegales y por ello no facturan, derivando eso en pérdidas millonarias para la empresa operadora del servicio y para el mismo estado o gobierno.
Frente a semejante problema llegó Afinia a prestar ese servicio, asumiendo el reto de mejorarlo y optimizarlo hasta ciertos niveles de normalidad, lo cual permitiría bajar el costo de los recibos o facturas de cobro, propósito que solo se podría alcanzar en un tiempo estimado de unos siete años, es decir en el 2030, si se continúa con el proceso convenido entre Afinia y el Gobierno nacional, pero, según lo planteado por Lastra, hay otras opciones que se pueden explorar para que los problemas se resuelvan en un menor tiempo, posiblemente en el 2024.
La matriz del problema es presupuestal, por ende, el Gobierno nacional ha de ser el encargado de encontrarle una salida. La propuesta de Afinia es que se haga una gran destinación de recursos para optimización y mantenimiento del sistema energético en la costa Caribe y, debido a las altas temperaturas, se debe aumentar el promedio de kilovatios subsidiados en los estratos uno y dos, esa sería, por el momento, la única fórmula viable para que bajen las tarifas de energías en nuestro territorio, en especial en Valledupar.
La propuesta de Afinia es que de 173 kilovatios subsidiados se pase a 240 kilovatios mínimos y que, además, los costos que demanda la recuperación de la infraestructura energética de la región Caribe los asuman los usuarios de todo el país y no solo los costeños.
Dada la amplia generosidad traducida en muchos billones de pesos que ha ofrecido el gobierno Petro con Bogotá para subsidiar el transporte con recursos del Presupuesto Nacional (soterrar Metro, gratuidad del pasaje) cobra mayor vigencia la petición de la Costa Caribe – una de cuyas voces viene exponiendo en medios el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo- para que pocos billones entren a aliviar las tarifas, más costosas del país, en nuestra región Caribe.
El Gobierno nacional tiene la última palabra para comenzar ese proceso de reajuste que implica revisión de normas, redistribución de recursos con base en las condiciones climáticas de cada región, entre otros aspectos. A eso estamos sujetos por el momento, entre tanto, los hogares vallenatos les corresponde seguir forzando el bolsillo.