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Las voces de Macondo

Los comunicadores radiales de la costa norte de Colombia siempre han sido apetecidos en cualquier lugar del país y el mundo, por su originalidad, creatividad, color de voz y espontaneidad. En todas partes siempre se les ha admirado esas cualidades que únicamente se dan en esta mágica región del Caribe Colombiano.

El barranquillero Andrés Salcedo vino a laborar a Radio Guatapurí, donde dejó su indeleble marca, se fue a Bogotá, brilló en Todelar, para irse al viejo continente donde rubricó el talento costeño en España, en Radio Madrid, trabajó como radio actor, y en Alemania en el canal de televisión de capital mixto, Transtel, hacia doblajes para los países de habla hispana.

Manuel González Moscote, de Codazzi, mostró su capacidad en las pequeñas emisoras de su población, llegó y gustó en Valledupar, para luego emprender viaje a su consagración, pasando por Bogotá, otra vez el circuito Todelar Colombia. Se constituyó en la voz emblemática de uno de los noticieros más escuchados del país, cuando las voces de los noticieros eran determinante para atraer la audiencia, compitiendo con los encopetados Caracol y RCN, monopolios radiales que acabaron con la libre competencia electromagnética de la nación comprando a precio de gallinas flacas, todas las emisoras independientes, para enlazarlas con su programación noticiosa y musical, elaborada en Bogotá, e imponer opiniones y gustos, acabando de esta manera con la diversidad cultural de nuestro país.

En Valledupar sus repetidoras son La Voz del Cañaguate, Radio Valledupar, La Voz del Cesar y Rumba, en La Paz.

González Móscote se fue a España, para luego radicarse en Moscú, trabajó muchos años en Radio Moscú, emisora oficial de ese inmenso país, cabeza visible de la otrora cortina de hierro, también fue corresponsal de CNN desde USA, demostró Manuel la casta de su gente.

Ocurrió con otros con barranquilleros, Ernesto Difernecio, quien grababa cuñas para Radio Guatapurí, antes y después de ser locutor de la ‘Voz de los Estados Unidos’’, allí llegó luego de deambular por este inmenso país, haciendo oficios varios.

Igual, Juan Eugenio Cañavera, quien hizo la presentación a la diva del bolero, la mexicana Carmen Delia Dipini, en el hotel de El Prado en Barranquilla, cayó subyugada ante la modulación caribeña de Cañavera, fue su esposo y presentador en todos sus conciertos por el mundo.

El vallenato Ismael Calderón laboró en la capital española en radio Madrid, de la cadena Ser, dueños de Caracol Radio, al lado de Andrés Salcedo, Calderón siguió el mismo camino de su amigo, partiendo de Valledupar, Bogotá, Europa, él estuvo también por los lados de Alemania, pero no se adaptó.

Ante la arremetida y colonización radial de la ciudad por los cachacos, pagamos las consecuencias, directores de medios locales se avergüenzan del acento vernáculo, mandan llenos de soberbia, ignorancia y egocentrismo a periodistas a hacer cursos para hablar cachaco, se burlan de las emisoras tradicionales porque no son repetidoras capitalinas, la localía periodística y musical les molesta, “los galácticos” desconocen la influencia que ejercen estos medios entre la comunidad y voces vivas, ellos discriminatoriamente le llaman “corronchos”.

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Celso_Guerra_Gutierrez: