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Las vías del Perijá, los caminos de la paz

Hace cinco años bajo el primer mandato de Luis Alberto Monsalvo, cuando se le hizo pavimentación a la vía de 24 kilómetros Codazzi- La Duda, los soldados se complacieron de que estaban rompiéndole un lugar estratégico a las Farc. “Llegamos con esta carretera al campamento de Simón Trinidad”, gritaron alborozados.

Hoy que se puede subir desde Manaure hasta Casa de Vidrio, frontera con Venezuela, en una vía a la que se le viene haciendo mantenimiento y construcción de tramos en placa huella y concreto rígido, con el apoyo de la Agencia de Renovación del Territorio, ART, recursos de regalías del OCAD -PAZ y de la Alcaldía de Manaure, se alborozan los soldados pero no con un trofeo de guerra sino con uno de paz. Ya no están, como ayer, los campesinos desconfiados del abrazo del soldado y del alcalde, sino todos identificados por el progreso.

“Los beneficios de la paz se están viendo”, escuchamos del alcalde de Manaure, Ever Santana, al reconocer antier la aprobación de $9.500 millones en el OCAD- PAZ que anunció la Consejería Presidencial para la Estabilización y Consolidación que dirige Emilio Archila, que le permitirán construir obras de arte, de piso y pavimentación en concreto rígido de casi 4 montañosos kilómetros que conducen, en la mencionada vía, hacia la frontera, entre El Cinco y San Antonio. De modo que se completarán 14 kilometros pavimentados de los 30 que tiene llegar al punto limítrofe.

Los restantes 16 kilómetros fueron sometidos a un trabajo intenso de rehabilitación, financiado por la ART, con recursos de paz, por lo que actualmente se puede arribar a la alta serranía, con la satisfacción de los campesinos que ven posible que sus productos lleguen rápidamente a los mercados.

Esa vía a la frontera, denominada otrora ‘a Sabana Rubia’, un punto 5 kilómetros antes de la limítrofe Casa de Vidrio se había abierto con obstinación hace 40 años por el gobernador Pepe Castro.

Se dio en ese tiempo un enconado y hasta gracioso enfrentamiento que volcó la atención ciudadana.

Como la vecina República de Venezuela no hizo camino en su propio territorio que permitiera el empalme, ya que alegó fuertes restricciones ambientales que le obligaban a preservar su serranía, el opositor Clemente Quintero Araujo la llamó ‘la carretera al vacío venezolano’. Pepe entonces dijo que en su administración el bulldozer iba primero y después los abogados, a lo que Quintero, señalando el gasto, las dificultades y el trazado que enfrentaba la gobernación, replicó diciendo que el bulldozer iba adelante y atrás los ingenieros.

Ese esfuerzo se ha complementado con vías como las que conducen desde esa cabecera municipal de Manaure hasta El Plan, la tierra de la famosa Doña Sara, y la que va hasta San José de Oriente. O como aquella, que con el concurso de la Gobernación conduce al Rincón y Media Luna. Qué bueno reconocer ese esfuerzo de los gobiernos y sus comunidades haciendo caminos de paz, reconciliación y vida campesina.

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