Luego de 2.923 días de gobierno, Juan Manuel Santos entrega las riendas de Colombia a Iván Duque Márquez. Le entrega un país diferente al que hace ocho años dejó su antecesor, Álvaro Uribe Vélez, ahora con una guerrilla menos en el conflicto armado, las Farc, y adelantadas las negociaciones contra el Eln.
Con aciertos y desaciertos, los procesos de paz de Santos son una gran tarea para su sucesor, porque se debería llevar a feliz término la implementación de los acuerdos entre el grupo guerrillero más antiguo del país y el gobierno, pese a la oposición de su partido Centro Democrático. Los ajustes al proceso, sin duda, llegarán y esperamos que sean los más convenientes para la consolidación de la paz.
En cuanto al departamento del Cesar hay unas tareas pendientes del gobierno nacional, de nuestros congresistas y mandatarios locales. La más difícil sería destrabar el proyecto de la represa de Los Besotes, teniendo en cuenta que llevan tantos años en discusión y no ha podido materializarse por su alto costo y oposición de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, quienes por cierto ahora cuenta con mayores herramientas jurídicas para su defensa, gracias al decreto presidencial firmado ayer, el cual redefine los territorios ancestrales.
La vía Codazzi – Cuatro Vientos, un proyecto de 63 kilómetros, que después de estar incluido con un presupuesto de $141 mil millones, fue sacada del Plan Vías para la Equidad. Este era uno de los compromisos anunciados por el gobierno nacional que quedó pendiente para contratar por parte de Invías, y esperamos que con Duque por allí pronto se pueda transitar.
Esperamos que Duque ponga a volar a los habitantes de Aguachica, con la puesta en funcionamiento del Aeropuerto Hacaritama, que cuenta con una pista de 1.200 metros, pero todavía faltan millonarias inversiones para que la terminal aérea quede lista.
Un camino tortuoso y minado por la corrupción ha tenido la Ruta del Sol, con parte de sus dos tramos en el departamento del Cesar. El proyecto frenado por los escándalos de Odebrecht fue retomado por Invías, en el tramo II, pero sin nuevos avances significativos y está frenado en el tramo III por problema financieros. Allí el nuevo presidente debe poner el acelerador.
Duque anunció en campaña que devolvería el 50% de las regalías a los departamentos productores, como el nuestro. Ojalá que esa promesa se cumpla con el aval del Congreso del República, pero exigimos que se vigile de mejor forma la inversión de estos recursos y no terminen en los bolsillos de los corruptos, como ocurrió antes de la implementación del nuevo Sistema General de Regalías.
La Universidad Nacional sede La Paz representa otra gran tarea para la dirigencia política cesarense, deben convencer al presidente Duque para que destine los recursos necesarios que garanticen el funcionamiento de este campus que sería de beneficio no solo para el Cesar, sino también para La Guajira y Magdalena.
Sabemos de la afinidad de Duque con esta región, con el vallenato, con sus ministros cesarenses y guajiros, por lo que no se hará de la vista gorda con estas y otras necesidades del país vallenato.