A Guillermo Francisco Reyes González, eminente abogado con extenso currículo de servicio social, actual ministro de transporte de Colombia, lo conocí cuando era novio de la psicóloga, abogada y escritora, Carmen Dolores Larrazábal Parodi. El 22 de mayo de 1998 en Valledupar se esposaron mediante matrimonio católico, y tienen dos hijos: Guillermo Francisco, estudiante de derecho en la Universidad de los Andes y María Antonia, cursando bachillerato en el colegio Anglocolombiano de Bogotá.
Guillermo Reyes Restrepo, Q.E.P.D. (descendiente del celebérrimo general Reyes, expresidente de Colombia) y la distinguida dama, María Teresa González, son los progenitores del ministro Guillermo Reyes. Los padres de Carmen Dolores son: Ramiro Alfredo Larrazábal Manjarrés, exmagistrado del Tribunal del Cesar, y la prominente educadora, Doña Amparo Parodi Toncel, rectora propietaria del prestigioso Colegio Santa Fe, de Valledupar.
Esta extraordinaria y emprendedora maestra tiene otros dos hijos: Ramiro Alfredo Larrazábal Parodi, médico neuroradiólogo intervencionista, residente en la ciudad de Hamilton, Canadá, con su esposa Diana Arteta (psicóloga) y sus hijos: Elías Daniel, que cursa maestría de Epidemiología en la Universidad de Macmaster, Ontario; Mateo, estudia Businees y leyes en la Universidad de Western, Ontario y Evaluna, en Hamilton cursan el bachillerato.
José Antonio Larrazábal Parodi, abogado y economista , experto en finanzas y gestión pública, casado con Silvia Mejía Hinojosa, bacterióloga, tienen dos hijas: Gabriela y Sara, estudiantes de bachillerato en el acreditado Colegio Santa Fe de esta dilecta familia, cuyos miembros honran con amistad incondicional y sincera a la familia formada por el suscrito y Marta Orozco Bernier, y a toda su descendencia (hijos y nietos), lo pregono con inmensurable franqueza porque en todos los momentos siempre nos han acompañado y demostrado su solidaridad, tanto en las ocasiones de felicidad como en las de aflicciones. Benevolencia que ha sido correspondida con sumo agradecimiento. Como le agrada y satisface a Dios, el supremo creador del universo.
El 7 de agosto de 2022, después de que el presidente Gustavo Petro designó al doctor Guillermo Reyes como ministro de Transporte, por WhatsApp le envié el siguiente mensaje: “Dr Reyes, mis felicitaciones por la alta dignidad que desempeñará en el nuevo gobierno. Le auguro exitoso desempeño acorde con su alto y virtuoso intelecto, ampliamente conocido”.
Él me respondió: “Muchas gracias Dr Romero por su estimulante y gratificante mensaje”. A Carmen Dolores también le remití el respectivo mensaje: “Hola Carmen buenas tardes, mis felicitaciones por el logro de Guillermo. El cargo de ministro de Transporte me agrada más, porque en nuestro país donde hay tantos delincuentes locos, ser ministro de Justicia es demasiado riesgoso”. Ella me respondió: “Un abrazo gigante Dr Romero!! ¡¡¡Muchas gracias por su mensaje!!! Saludos a su familia”.
A pesar de su apretada agenda, el 25 de agosto de 2022 el ministro de Transporte estuvo en Valledupar para el matrimonio de mi hija Marta Tere, asistió a la eucaristía nupcial realizada en la Catedral del Santo Ecce Homo y a la festividad efectuada en el Club Valledupar con toda la familia. Lo cierto, es que Guillermo Reyes se considera tan vallenato como su esposa; es decir, hijo putativo de Valledupar.
Y en vista de que el presidente Gustavo Petro no ha nombrado a otros vallenatos ni cesarenses en altos cargos de nivel ministerial ni en viceministerios, que apoyen y velen por mejorar el progreso y bienestar de los habitantes del departamento del Cesar y su ciudad capital, las tareas del ministro Guillermo Reyes se le han multiplicado por su amor a su terruño adoptado. Sé que tiene la suficiente voluntad y no escatimará esfuerzos para gestionar proyectos y obras para nuestra región, con la debida atención de las necesidades de los otros territorios.
En la inauguración de la primera calzada de la nueva carretera Valledupar-La Paz, el ministro Reyes, expresó: “La segunda será construida en los siguientes dos años”, lo que dejó regocijo y esperanza, porque es indicio fehaciente de que impulsará más infraestructuras y servicios para el Cesar. Aunque la capacidad financiera del país es finita, confiemos todos en su crecimiento por las gestiones lideradas por el gobierno del presidente Gustavo Petro y la ayuda de las personas naturales y jurídicas consecuentes y comprometidas con los cambios que requiere nuestro país.
Por José Romero Churio