Estudiantes de secundaria y universitarios, así como recién egresados, se reunieron ayer en un hotel de la ciudad, en el marco del ‘Laboratorio de Jóvenes’ de la plataforma Diálogos Improbables, donde plantearon, lo que según su criterio, son diálogos improbables, o sea procesos en donde actores opuestos en intereses y visiones buscan un terreno común; que no se espera que pase, personas que posiblemente nunca se sentarían, pero que tienen el potencial de definir la vida en el territorio.
Fueron 13 grupos de trabajo, conformados por cerca de 12 a 15 personas, donde dejaron entrever temáticas como: el tema del acceso al agua en Aguachica y como la corrupción ha impedido ese derecho, un diálogo entre las iglesias y la comunidad LGBTI, empresarios de la región y emprendedores jóvenes, la proliferación de los establecimientos de venta del alcohol en Valledupar, la equidad de género, entre otros.
La directora ejecutiva de la plataforma Diálogos Improbables, Lina Ibáñez Valero, explicó: “Este es un laboratorio de jóvenes donde estamos incitando a la creatividad e innovación como medio para desarrollar capacidades alrededor del diálogo. La idea era conversar con ellos sobre cómo ven el Cesar, los conflictos de la región y sus posibles soluciones. Con diferentes metodologías activamos la inteligencia colectiva”.
Ibáñez Valero explicó que, Diálogos Improbables es una plataforma nacional que se creó para acompañar procesos en distintos territorios, cuyo primer piloto se hizo en el Cesar. “Es una manera de que personas diversas construyan relacionamientos, se reduzcan los conflictos, comprendernos mejor, redescubrirnos como personas y dejar a un lado la polarización”, enfatizó.
El empresario Juan Carlos Quintero, quien es integrante de la plataforma Diálogos Improbables, aseguró que la aglomeración de jóvenes en un hotel de la ciudad significa “la representación de la juventud en la región de diferentes orígenes y etnias que se hacen presente para debatir una metodología de diálogos entre opuestos, concitar los factores y principios de convivencia dentro del departamento, en su familia, colegio, barrio y localidad. Es una oportunidad importante de desarrollo, de formación del estudiante, del joven y de ejemplo para los más adultos que a través de la persuasión, el entendimiento y argumentación, se puede obtener un entendimiento y una superación de la violencia y un progreso social en todos los órdenes”.
Por su parte, la integrante de la plataforma, Ana Isabel Oñate Barros, dijo: “Estamos convencidos que los jóvenes tienen la posibilidad de cambiar el futuro del departamento, pero también de apostarle a nuevas formas de relacionamiento y solución de los conflictos. Los Diálogos Improbables son una forma de adquirir una nueva cultura; a los jóvenes nos han inculcado una historia, pero que nos amarra a los antepasados y no a una historia que nos inspire a movilizarnos. Es una forma de recordar la historia de dolor, violencia y de muchos problemas fuertes que siguen afectando nuestra vida, pero con la tónica de motivar, generar discusiones, diálogos, aceptación de las diferencias para generar una mejor gestión de los conflictos y mejor convivencia”.
Oñate Barros de la metodología que se espera de un saldo pedagógico: “Con los jóvenes de acá resultarán unas acciones para ejecutar con ellos en los territorios, en sus organizaciones y espacios; queremos que el taller sea el fortalecimiento de las acciones a desarrollarse con una hoja de ruta de la mano de los jóvenes con una claridad sobre el territorio. Nuestra finalidad es llegar a colegios y universidades de todos los lugares del Cesar. Tenemos la responsabilidad de vivir con una paz histórica, conscientes que no necesitamos odiar. Podemos ser diversos, pero tenemos terrenos comunes que podemos explotar; no es quién lo dice, sino qué se dice y para qué se dice”.
EN SUS PALABRAS
El joven Félix Valera invita a los jóvenes a que participen y brinden solución a los conflictos que se presentan en la comunidad. “Esta dinámica es importante porque se les están abriendo espacios a jóvenes que pueden aportar a la situación del municipio o departamento para minimizar todas las problemáticas por las que estamos pasando”, manifestó.
María Angélica Andrade, quien representa al colectivo Tinto Morado 90, destacó la importancia de la participación política y los espacios de construcción ciudadana: “Es importante esta iniciativa, teniendo en cuenta que los jóvenes no tenemos tantos espacios de participación porque muchos somos apáticos a la política y a estar en un movimiento académico. Se busca que la gente se apodere de estos espacios porque somos el futuro y el presente; construimos cuando estamos en casa, cuando estamos en la calle o cuando hablamos con un amigo”.
Yeiner López, quien representa al gremio de emprendedores de Valledupar, invitó a ver oportunidades donde otros ven dificultades: “Es decirle a los jóvenes: estas son nuestras debilidades, pero que se tienen que convertir en fortalezas y oportunidades para mejorarlas. Es impulsarnos a buscar soluciones creativas basadas en el talento de los jóvenes”.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMIREZ / EL PILÓN
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