Los servicios de salud en Colombia pasan por una aguda crisis. El Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene serios problemas en materia de acceso, cobertura real, oportunidad y calidad en la prestación del servicio, a tal punto que el instrumento de la tutela se ha convertido en la única alternativa para muchos usuarios, cansados de las barreras que encuentran para ser atendidos.
Nuevamente volvemos a explicar que en Colombia, a la larga, existen cuatro sistemas de salud. Uno para los sectores de más altos ingresos, que es la denominada medicina prepagada, pero para tener estos servicios es necesario estar afiliado al Régimen Contributivo; existe el Contributivo, es decir el que sostienen los usuarios vinculados al empleo formal, que se financia con los aportes de empleados y patronos, como también con las cuotas moderadoras y los copagos.
Existe un tercer sistema que es el régimen subsidiado y – aunque no se mencione- también están un cuarto sistema a cuya población se le denomina vinculados, pero que, en la práctica, no están vinculados a nada; en este último están las personas más pobres del país que no tienen garantizada su atención.
En estos momentos, se encuentra a consideración del Congreso de la República, un proyecto de ley que busca, nuevamente, reformar el Sistema de Salud, para solucionar la gran cantidad de problemas que se están presentando y que afectan, diariamente, a millones de colombianos.
La reforma del sistema de salud es el más importante de la agenda social del actual gobierno y la misma merece el mayor debate y análisis. Hasta ahora la discusión se ha concentrado en los aspectos financieros del sistema, ya que se presenta un gran rezado en el flujo de los recursos, entre Alcaldías, EPS y las IPS, lo cual afecta el funcionamiento del sistema y – lo que es más grave- la calidad de la atención.
Pero el principal problema del sistema de salud en Colombia quizás no sea el tema financiero, sino el tema de las barreras de acceso y la falta de una atención oportuna y eficiente, de acuerdo al grado de complejidad que presente el paciente.
Comenzando por la revisión y actualización del Plan Obligatorio de Salud (POS) y el funcionamiento de los llamados Comités de Evaluación Técnico Científica, que es el que puede mediar entre lo formulado por el médico de la EPS y el paciente, en los casos en los cuales se presentan diferencias de criterios entre las partes por los costos de los medicamentos y los procedimientos.
Pero, adicional a lo anterior, uno de los elementos centrales de la reforma en mención debe ser la revisión, actualización y fortalecimientos de las normas e instrumentos de inspección, vigilancia, y control y sanción con que hoy cuenta la Superintendencia Nacional de Salud.
Hoy en día la Supersalud, que tiene que vigilar a todas las EPS, IPS, entidades públicas, hospitales, Eses, etc, no cuenta con el recurso humano suficiente para cumplir esa labor, además opera de manera centralizada desde Bogotá.
En las regiones, tanto o más que en Bogotá, es donde más se sufren los problemas del Sistema de Salud. La gran encuesta del programa Valledupar Cómo Vamos demuestra una gran insatisfacción de los habitantes de Valledupar con las EPS e IPS que operan en la ciudad. La insatisfacción es en todos los estratos, pero, curiosamente, es mayor en los medios y altos que en los bajos.
Además de fortalecer a la Supersalud, es indispensable crear de verdad un Sistema de Inspección, Vigilancia y Control, que bajo la cabeza de la Super integre a las Secretarías departamentales y municipales de salud, con el fin de dotarlas de instrumentos y personal para realizar, también, labores de inspección y vigilancia. En la actualidad estas dependencias carecen de los mismos y por eso no puede realizar a cabalidad la tarea de inspeccionar y vigilar a las EPS, en las regiones, y a las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS). Este es un tema por el cual deben abogar ante el Congreso los gobernadores y alcaldes de todo el país.