Cada año se dan cifras sobre el número de turistas que vienen al Festival de la Leyenda Vallenata, tanto por parte de la Cámara del Comercio como por directivos de la fundación que lo auspicia, generando una alta impresión acerca del impacto económico que este tiene en la ciudad de Valledupar.
Es necesario poner en contexto las posibles realidades de esta situación. Se nos ha dicho que este año vinieron 150.000 turistas que pudieron haber gastado en la ciudad unos $300 mil millones. ¿Cuál es la viabilidad de estos guarismos? Son varios los filtros que nos toca usar.
Lo primero es verificar si en realidad arribó ese volumen de personas que tiene dos alternativas para llegar: vías aérea y terrestre y esta por buses y vehículos particulares que solo tienen tres formas de acceso, entrando por La Guajira, por el peaje de Codazzi y por el de Valencia. Me ayudaré con el criterio de Fenalco a donde acudí para sustentar mis reparos.
Esta institución, en cabeza de Octavio Pico, estima que por aeropuerto pudieron entrar 8 mil personas, y en buses, con control en el terminal de pasajeros, unas 40 mil personas (mil buses). Para complementar los supuestos 150 mil visitantes, en vehículos privados han debido entrar 102 mil turistas en unos 20.400 vehículos, 5/persona; así, rodarían más de 30 mil por las calles, ya congestionadas con 10 mil vehículos que circulan a diario, lo que sería una hazaña perturbadora. En alojamiento también se pueden hacer unas observaciones creíbles: la capacidad hotelera de la ciudad es de 4.500 camas y estimadas 500 ‘casas campos’ que podrían albergar 10 mil personas más para completar 14.500 cupos. ¿Dónde se alojaría el resto, 134.500 visitantes? ¿En casas de amigos? Se sabe que más del 70% de los predios tipo vivienda de Valledupar son de estratos bajos, con hacinamiento crítico y quien venga al festival quiere estar cómodo y seguro.
En el sector donde yo vivo no vi que alguna familia hospedara visitantes y tampoco he visto carpas comunales para ellos, claro esta es una muestra pero creo que esta es la moda, no es determinante el número de personas que se haya alojado donde amigos y/o familiares.
La cifra suministrada por la FFLV habría que revisarla con más rigor, el maximalismo no es buen consejero para la planificación. Habría que verificar, además, qué porcentaje del consumo queda en la ciudad y medir el efecto sobre el PIB local, si queremos planificar con seriedad la industria naranja.
Recordemos que al pasado carnaval de Barranquilla, con una población seis veces mayor que la nuestra, llegaron alrededor de 500 mil visitantes, con toda la tradición internacional que este evento tiene.
Es verdad que de la industria de la música viven muchas personas pero no se ha cuantificado ni medido su impacto económico. Se sabe sí que algunos cantantes minoritarios han acumulado alguna fortuna, pocos acordeonistas lo han hecho y menos el resto de los integrantes de las agrupaciones musicales que laboran como asalariados. Ojalá el espejismo de este arte tan hermoso no nos deslumbre y se pueda cimentar una verdadera industria musical. Por supuesto, el FLV debe continuar, es nuestra mayor expresión cultural ante el país y el mundo.
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El 06/05/2022 a partir de las 4p.m. estará en la Plaza Alfonso López de Valledupar el candidato presidencial Gustavo Petro cerrando su campaña en esta ciudad. Tengo el gusto de invitarlos a escuchar sus planteamientos sobre democracia, paz y vida. ¡Petro presidente!