“Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Santiago 1:2-3.
Vivimos en un mundo de atajos y soluciones rápidas. Sin embargo, en la vida real, las cosas crecen con el tiempo, la energía y el cuidado. Desarrollamos la paciencia al esperar, esperar y esperar. Por desgracia, “la esperanza que se demora es tormento del corazón” y para esta generación, si no pueden tenerlo ahora, intentarán alguna otra vía.
Cada vez que enfrentamos una prueba, un asunto de relaciones, ecuanimidad, financiero, de sometimiento o de cualquier otra cosa, necesitamos recordar que las pruebas ayudan a definir lo que realmente creemos y nos maduran y dan forma a lo que somos.
Muchas veces, las pruebas nos desbordan y dejan sin respuestas y es justamente allí cuando debemos depender y confiar en Dios; a estar tranquilos porque su Palabra nos asegura que Él tiene el control, incluso cuando nos sintamos fuera de control.
Amados amigos: Nuestra respuesta a las pruebas es lo más importante. Debemos ser flexibles y resilientes. Las cosas flexibles casi nunca se rompen, simplemente vuelven a su posición inicial cuando termina el estiramiento.
Durante las pruebas, debemos aprender a permanecer de pie. Estar de pie cuando somos estirados no es fácil, todos queremos correr y escondernos en busca de cualquier cosa que se lleve la presión. Pero en vez de correr, debemos ejercitar la presencia de Dios quien nos cubrirá con sus alas protectoras.
En tiempos de pruebas, imprevistos, cambios y retos, se tiene la oportunidad de fortalecer la fe y desarrollar músculos espirituales y cuando esto sucede, Dios puede hacer nacer cosas increíbles a través de nosotros. De cara a las pruebas, se tiene la opción de estar de pie o dejarse caer, permanecer o abandonar, levantarse o quedarse acostado, pero siempre será necesario el esfuerzo y la disciplina.
Hoy invito a permanecer de pie frente a las circunstancias adversas, a disfrutar del trabajo duro con un propósito mayor, con un sentido pleno de misión y destino, sabiendo que somos el pueblo de Dios y estamos en las manos de Dios.
Maríamercedes, mi esposa, dice que “para ser bella hay que ver estrellas”. ¡Sin dolor no hay ganancia! La constancia, paciencia, longanimidad, nos hará vencedores en las diversas pruebas; las pruebas sacan lo mejor de cada uno, les dan la oportunidad a personas ordinarias para hacer cosas extraordinarias. ¡Podemos convertir los limones en limonadas y crecer a través de las pruebas y las circunstancias!
Cuando presionamos en un tubo de pasta dental, esperamos dentífrico y no salsa de tomate. ¡Las pruebas sacan lo que tenemos dentro!
Ah… Si estamos pasando por alguna prueba, ¡gózate! ¡Dios está a punto de hacer algo grandioso en tu vida!
Un abrazo cariñoso en Cristo.
Por Valerio Mejía