La semana anterior falleció a sus 99 años en su residencia de Valledupar el abogado Alfonso Araújo Cotes quien militó en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) fundado por su primo Alfonso López Michelsen (presidente de Colombia). Fue dos veces gobernador del Cesar, concejal de La Paz, congresista y diplomático.
Con él hablé muchas veces en su casa, sobre política y su vida en La Paz, Manaure y Valledupar. Si algo le apasionaba era Manaure, allí vivió la intensidad de su niñez y juventud. “Los Cotes fueron los fundadores de ese pueblo tan maravilloso y frío”, decía.
Una vez, se llenó de nostalgia cuando le pregunté por ‘El Cachaco’ Araque, Cleofe Calderón, Simón Salas y por su tío Alejandro Cotes Oñate (mi abuelo).
“¡Uy!, vivo pensando en mi correría por Manaure, cuando estaba lleno de pasto y uno se mojaba los pies con ese frío tan tremendo. Recuerdo la ‘Piedra Napoleón’, en donde uno se resbalaba para caer al pozo La Danta, a unos 300 metros de mi casa. Ese pueblo fue fundado por los hermanos Juan Antonio y Joaquín Cotes. Las primeras matas de café las sembró mi abuelo y a los trabajadores los trajeron de Villanueva y Urumita”, dijo.
Sostenía que era una vida apacible y llena de sentimientos, de cofradía, de amistad y de señorío, se vivía una paz octaviana. Fue en Manaure en donde el genial Leandro Díaz (+) estrenó su célebre canción ‘Matilde Elina’.
No se puede ocultar que, en Manaure se engendró la música vallenata con Emiliano Zuleta Baquero, los Salas, los Muegues y los Perea, Carlos Araque y Ángel Sabino Soto. “La gente del valle se fue para Manaure, hicieron casas y se llevaron a sus familias a temperar”, agregó.
Habló de Alejandro Cotes Oñate. “Fue un personaje fantástico, mi tío más querido, me consentía y por debajo me daba mis chavitos, era hermano de mi mamá Rosario. Hay muchos cuentos de mi tío Alejandro por su rectitud y su forma de decir las cosas. Nunca le dijo doctor a nadie, cuando llamaba a alguien siempre le decía “oye tú, ven acá”.
En esa época en Manaure solo se escuchaba música en la vitrola de Arregocés; no había luz, acueducto, alcantarillado, centro de salud ni teatro… “yo le puse agua, luz y todos los servicios a Manaure, siendo gerente de Insfopal”, aclaró, Alfonso
También hablamos de política, su otra pasión. Rememoró ese proceso de convertirse en un líder liberal cuando su papá Lázaro Araújo era un empedernido ‘godo’ conservador, que no usaba nada rojo. “Mi papá Lázaro fue de esos godos que apartaba la mirada cuando veía el rojo”, dijo.
No entendía cómo él era liberal, cuando en su casa esa palabra era prohibida y hasta su mamá Rosario ‘Chayo’ Cotes se resentía con su papá, por esa situación. Sin embargo, culpó a su pueblo de La Paz de haberlo contagiado del liberalismo.
Se metió a la política porque “veía mucha injusticia y traté de ser redentor como liberal de una población que estaba olvidada, porque los vallenatos trataban a los pacíficos y manaureros de menos y dije: ‘un día de estos me voy a montar sobre los vallenatos’, y me monté sobre los vallenatos. La Paz siempre me respaldó y era un pueblo tan solidario conmigo que quien me tratara de tocar se moría”, recordó.
Conoció a Leonor Baute, frente a la casa de María Uhía, en Valledupar, vio a la muchacha delgadita y bella, y dijo: ‘con esa muchacha me voy a casar’, “la enamoré y nos casamos”, concluyó. Paz en su tumba. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com. @tiochiro.
Por Aquilino Cotes Zuleta