X

Las parrandas de antaño

Hablando con Wilder Ávila, un amigo con el cual compartimos el gusto por el vallenato autentico, quien además toca muy bien la caja, nacido en el tradicional barrio Cañahuate, cuna de ilustres vallenatos como Aníbal Martínez y parranderos y folcloristas legendarios como la dinastía Castilla, Wicho Sánchez, Nicolás Maestre, Florentino Montero (quien con el atanquero Pedro García conformaron el grupo los cañahuateros) y la familia Galindo, entre otros.

Este barrio fue inmortalizado por Isaac Carrillo con su canción ‘La cañahuatera’ y fue testigo mudo de muchas parrandas del Maestro Escalona, en casa de la famosa ‘Mona’ del Cañahuate y de Petra Arias, por donde trajinaron los principales músicos de Valledupar como Poncho Zuleta, Gustavo Gutiérrez y Ovidio Granados. Con Arias, estuvimos hablando acerca de cómo han cambiado los tiempos y la parranda ha venido perdiendo muchos de los ingredientes principales, en un foro dictado por el escritor Alonso Sánchez Baute, el mes pasado en Barranquilla al cual yo asistí, se expuso el tema de la poca presencia de la gastronomía en la canción vallenata y la ausencia del chivo en las letras de las canciones, siendo este el ingrediente principal de los platos más consumidos en las parrandas, paseos y fiestas tradicionales de la tierra del Cacique Upar, como lo son el guiso, el friche y el sancocho de chivo, dos de estos los verdaderos platos típicos de Valledupar y el otro indudablemente guajiro.

Además de que la parranda precisamente es eso, buena música, buena comida, amistad y camaradería, sobre todo que las letras del canto vallenato tradicional exaltan la cotidianidad, pues no son más que un relato cantado, característica que lastimosamente ha ido desapareciendo. La única canción que menciona al chivo es ‘Invitación parrandera’, compuesta por Mariano Enrique Pertúz, un campesino de Plato, Magdalena, quien a través de su canto convoca a Poncho Zuleta, a Colacho y a otros amigos a una fiesta en un rancho que tiene en la montaña – “…Dile que lo invito a visitarme a mi cabaña y te vienes con él para hacerles una fiesta, también me le dices que le tengo una sorpresa, con un chivo listo y una caja de ron caña…”- “…Traeme a ‘Jique’ Cabas, lo mismo que a Fontanilla, a esa gente buena que le gusta el acordeón, pa’ que coman chivo y beban bastante ron, les haré una fiesta de las miles maravillas…”-.

Casualmente “El Pulmón de oro” como se le conoce a Poncho Zuleta, es uno de los cantantes más golosos del folclor vallenato, dicen que su energía, vitalidad y aguante en sus maratónicas y babilónicas faenas etílicas se debe a su exagerada alimentación y a su dieta basada más que todo en animales de monte. La parranda de antaño sin duda era mucho más sana y mejor que la actual, cuando no había WhatsApp, cuando los asistentes escuchaban con atención las canciones, cuando la comida que brindaban era típica, abundante y preparada por diestras manos criollas, cuando la gente no le caía una salidera a manejar borracho y cuando principalmente eran en el día, se le rendía culto a la amistad y se estrechaban los lazos familiares, se compartía sanamente de verdad. El término de parranda se ha tergiversado, ahora cualquier presentación en vivo de una agrupación con baile incluido le llaman parranda, por eso me parece perfecta y oportuna la iniciativa de la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata de institucionalizar el concurso de la auténtica parranda vallenata, la cual me cuentan se realizó este año por primera vez y fue todo un éxito.

Categories: Columnista
Julio_Mario_Celedon: