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Las obras deben ser con la comunidad

La inversión en infraestructura es una noticia bienvenida para cualquier ciudad y, para los comerciantes, puede representar una oportunidad de crecimiento a largo plazo. Sin embargo, las intervenciones en zonas comerciales requieren una planificación minuciosa que considere a quienes diariamente construyen su negocio allí. Desafortunadamente, el anuncio de obras sin suficiente socialización previa se ha vuelto una fuente de preocupación para los comerciantes de la Avenida 19, quienes temen que la falta de información sobre el proyecto en su zona los coloque en una situación similar a la que están viviendo otros comerciantes y residentes afectados por obras recientes.

Actualmente, los comerciantes de la Avenida 19 están alegres por el anuncio de mejoras en su zona, pero también sienten una gran preocupación debido a la falta de información. Temen encontrarse en la misma situación que los comerciantes y residentes afectados por las obras en las glorietas de María Mulata y Los Gallos, quienes, el viernes 8 de noviembre, fueron invitados a una reunión de socialización para el martes 12, apenas un día antes del inicio de las obras, programadas para el miércoles 13. Esta notificación de último minuto, en plena temporada de lluvias y a las puertas de la época decembrina, “crucial para las ventas”, deja a los comerciantes en una mala posición, sin oportunidad de anticiparse a las interrupciones y pérdidas que podrían sufrir sus negocios.

Este caso aumenta en los comerciantes de la Avenida 19 el temor de que la historia se repita, como sucedió en intervenciones anteriores en la Avenida Fundación, la Plaza Alfonso López y de la Avenida Simón Bolívar, tramo La Ceiba–Glorieta del Terminal. Proyectos que se extendieron mucho más de lo previsto, generando pérdidas profundas y, en algunos casos, llevando a la quiebra de negocios que no lograron sobrevivir a los cierres prolongados y la reducción de clientes. Estas experiencias dejaron claro que, cuando no se planifica ni se comunica adecuadamente, las obras terminan afectando gravemente la economía y la estabilidad de quienes dependen de la actividad comercial en esas áreas.

Ante este panorama, es comprensible que los comerciantes de la Avenida 19 busquen mayor claridad y tiempo para prepararse. Entienden la importancia de las obras, pero también saben que, sin una socialización adecuada y oportuna, estas pueden convertirse en amenazas en lugar de beneficios. La experiencia demuestra que, cuando no se escuchan sus necesidades ni se les da el tiempo necesario para organizarse, los proyectos de infraestructura pueden ser devastadores para su economía y, en general, para la dinámica comercial de la zona.

La socialización de un proyecto de infraestructura no debe limitarse a una notificación de último minuto. Este paso es fundamental para el éxito del proyecto y debe ir mucho más allá de informar sobre el inicio de las obras; debe ser un diálogo en el que se escuchen las inquietudes de la comunidad, se respondan dudas y se planten estrategias para minimizar los efectos negativos. Este diálogo es esencial no solo para reducir resistencias y generar apoyo, sino para que los comerciantes tengan tiempo de planificar su logística y coordinar medidas que les permitan continuar operando. Además, un proceso de socialización adecuado permite que las autoridades ajusten los planes de acuerdo con las necesidades específicas de la zona, haciendo el proyecto más eficiente y viable.

Cada comunidad tiene particularidades y necesidades únicas que solo pueden conocerse mediante un diálogo directo y sincero. Escuchar las opiniones y preocupaciones de los comerciantes permite hacer ajustes en la ejecución del proyecto, lo que facilita que las obras no se conviertan en una carga económica, sino en una inversión en su futuro. Conocer los detalles del proyecto con antelación da a los comerciantes tiempo suficiente para organizarse, tomar decisiones informadas y coordinar alternativas que les ayuden a mantener cierto nivel de actividad comercial, aún durante las obras.

Los proyectos de infraestructura deben construirse con y para la comunidad, no a costa de ella. Aprender de los errores del pasado significa implementar un proceso de socialización real y planificado, donde los comerciantes no solo sean informados, sino también considerados en la planeación y ejecución de cada obra.

Ricardo Reyes

Presidente Junta Directiva Fenalco Cesar

Categories: Columnista
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