A propósito de la Feria de Postgrados que realizó la Universidad Simón Bolívar en la ciudad de Valledupar, en la que se desarrolló el Conversatorio ‘Mujer, equidad y liderazgo, una visión prospectiva de nuestra realidad’, es oportuno abordar el rol de la mujer cesarense en los diferentes niveles de la sociedad.
Desde el 25 de agosto de 1954 cuando fue reconocido el derecho del voto femenino en Colombia, las mujeres han asumido roles diferentes a los que ostentaban en el hogar y en obras sociales complementarias al trabajo de los hombres. Ese hito de la historia colombiana, también marcó un punto importante en el Cesar (en aquel entonces departamento del Magdalena).
En este ejercicio de análisis se evidenció una vez más la importancia del papel de la mujer en los territorios, en el pasado del Cesar y Valledupar tenemos experiencias interesantes, pero en la actualidad se hace perentorio echar mano a ese potencial femenino que está ahí presente en espera de oportunidades.
Pero, además, también se concluyó que es necesario que nuestras lideresas se convenzan de sus propias capacidades y que, a partir de los contenidos de estas disertaciones, echen una mirada retrospectiva de esa larga lista de mujeres que de una u otra manera han hecho su aporte a las transformaciones positivas que han sufrido nuestras regiones.
Eso lo corroboró la periodista Ana María Ferrer, panelista del foro en mención, al afirmar que “Valledupar ha dado un número importante de mujeres que han ayudado a construir este territorio, al departamento del Cesar, en lo político, en lo cultural y en todos los ámbitos socioeconómicos”.
Otras reflexiones apuntan a que la sociedad debe seguir propendiendo por reconocerle a la mujer ese rol de aportante en igualdad de condiciones a los procesos de desarrollo de los pueblos.
La antropóloga e historiadora Ruth Ariza Cotes, en su disertación hizo una retrospección de la historia de la mujer en nuestra región, y en ella encontramos cómo la mujer ha venido evolucionando en cuanto a su participación en los temas de interés colectivo, claro que en medio de diversas dificultades.
Desde María Antonia de Nieves, en 1797; luego con María Concepción Loperena y pasando por Rita Fernández Padilla, la mujer ha venido demostrando que actividades como la política y el arte no eran de uso exclusivo para el hombre. La lista es larga de mujeres que rompieron ese paradigma.
Se recuerda entonces a mujeres que lograron ocupar cargos políticos importantes como Paulina Mejía de Castro, quien llegó a ser gobernadora del Cesar, y María Clara Quintero Castro la única alcaldesa que ha tenido Valledupar. Pero más que nombres, se requieren son esos perfiles que por fortuna abundan en nuestro territorio, solo es cuestión de valorar todo ese potencial.
Es el momento de la mujer cesarense, es el momento de que salgan a la palestra pública las mujeres que de manera silenciosa han construido un capital social que abona el desarrollo del Cesar. Deben salir las mujeres a tomar las banderas del cambio social, cultural, económico y político.