X

Las mujeres de “Jose” el hijo de María Puche

Por: José Gregorio Guerrero

El día lunes me llama al celular Jacobo Solano con una algarabía descomunal. Tal fue el escándalo, que yo logré creer  que se había entregado Canosa como acto de buena fe, con los sacos de dinero que se le fueron  detrás; o que ya el Tránsito municipal tenía en su poder el número de la placa de la nave espacial que lo dejó caer sobre la silla del despacho de la gobernación, y que la Fiscalía tenía el nombre del marciano liberal que la conducía.

Ninguna de las anteriores; “José” el esposo de Carmen su colaboradora domestica había ido a ver un accidente ocurrido en la esquina del Palacio Chino y con solo verle la apariencia ensangrentada al motorizado dijo: “ese fue mucho cascarazo” y remató “está listo” al devolverse a casa Carmen recibe una llamada donde le informan, que José su marido se había accidentado en la esquina del Palacio Chino, ya se imaginarán ustedes la reculada de Carmen. Al llegar por segunda vez al sitio, ya estaba allí la otra mujer de Jose, y entre las dos  lo bajaron de sus pertenencias: el reloj, la cartera, y ambas le guardaron a cargas iguales lo de valor. Carmen si notó que el pié del accidentado no era muy grande como de costumbre, pero pensó que de pronto los nervios ponen pequeña las cosas.

Al estar allí las dos mujeres de Jose esperando la ambulancia, llega en un mototaxi una tercera mujer con un requiebro de plañidera experta. Esta lo agarraba, le hablaba al oído, y Carmen y compañía solo se miraban la cara.

Solo una expresión salió de las dos bocas al tiempo: ¡mucha fiera! Las tercera mujer lo lloraba con otro nombre: “hay Abelino no te me vayas” Carmen anonadada mira a su socia y le dice: ah carachas hasta de nombre se cambiaba” las tres mujeres terminan en una reyerta; la tercera  aducía que Abelino era imposible que tuviera dos mujeres más “él no da pa tanto, apurado baila uno solo” embustera, Jose es hombre de a par, calumniadora ripostó Carmen; y la socia de Carmen que no había pronunciado una palabra, solo abrió sus labios para decir: “y hasta de cuatro, cuando toma Medellín” aclaró.

Entre la muchedumbre Jacobo escucha a un chino que le dice a otro impresionado en un español empañetado “ni en china primo”. Pero al llegar los paramédicos que después de colocarle un cuello ortopédico le quitan el casco y vaya sorpresa, no era Jose, en efecto era Abelino un albañil residente en Candelaria Norte. El verdadero Jose, hijo de María Puche la reina de las gallinas de” Poncho Zuleta” se encontraba acostado en casa de una tercera dama, con el celular apagado. ¡Esto es único!

Categories: Columnista
Jose_Gregorio_Guerrero: