Estamos próximos a las elecciones locales. CESORE y EL PILÓN siguen su alianza con el objeto de cualificar el debate electoral y poner en la agenda pública temas críticos y prioritarios que la ciudadanía está esperando conocer en posiciones y alternativas de los candidatos. Este informe contiene cifras y evidencia de la situación que viven las mujeres cesarenses desde diferentes enfoques. CESORE, al concluir su análisis, plantea propuestas de solución. “Esperamos que las campañas políticas asimilen y estudien estos informes y hagan sus propias propuestas”, concluye la entidad.
Los cambios demográficos
En los datos que se han adelantado del Censo 2018 se estableció que ya no somos 50 millones de colombianos, sino 45,5 y que en el Cesar somos 1.120.000 cesarenses y no los 1.065.000 que estaban proyectados. La proyección también daba una división por sexo prácticamente igual: 533.000 mujeres y 532.000 hombres, que no sabemos si se mantiene, en los actuales momentos. Lo que, si registró ya el CENSO 2018, es que el 40.2 % de los hogares del departamento cuentan con jefatura femenina y el 29 % de sus habitantes son jóvenes menores de 15 años (325.000).
También podemos afirmar, que las mujeres van a vivir 6 años más que los hombres, (71 versus 77 años) que la esperanza de vida ha venido aumentando y que las principales causas de muerte en Valledupar, tanto de hombres como de mujeres, son las enfermedades isquémicas del corazón, y mientras que el 7.3 % de los hombres mueren por homicidios, el 7.4 % de las mujeres mueren por accidentes cerebrovasculares. En Valledupar, en el 2017 fallecieron 1.860 personas 54,5 % varones y 45,5 % mujeres. (DANE 2019)
Por último, en el tema rural hay un fenómeno interesante pero preocupante para el sector agrícola y es el despoblamiento del campo. Los hogares rurales bajaron de 5 personas en promedio a 3.2, entre el 2005 y 2.018. Inclusive menos que en las cabeceras que es de 3.6 personas en cada familia. Una de las causas fue el conflicto armado, con su fuerte desplazamiento rural-urbano y la permanencia de una parte de dichos desplazados en las ciudades junto con la decisión -sobre todo de mujeres y niños- de no retornar al campo, y quedarse en las ciudades haciendo uso de los servicios de educación y salud, principalmente.
Los jóvenes
Dos azotes están golpeando fuertemente a los jóvenes cesarenses. El desempleo y la mala calidad educativa. El primero es especialmente agobiante. En la última medición de desempleo (trimestre enero- abril 2019) Valledupar es la quinta capital con mayor desempleo del país, con una tasa (16.4 %) mayor que la de Riohacha (15.3 %) y mucho mayor, que la de Santa Marta (11.3 %). Así que hay una incapacidad gubernamental para atender dicha problemática. Lo hemos venido diciendo desde CESORE, no hay estructurada una política pública para atender dicho problema. Solo anuncios y embelecos. CESORE ha realizado una serie de propuestas (ver página www.cesore.com) que ojalá sean consideradas por los próximos gobernantes para atender dicha problemática.
En cuanto a los jóvenes, Valledupar es la cuarta capital con el mayor desempleo juvenil del país, con un 25.6 % (1 de cada 4 jóvenes no tiene trabajo) e históricamente este número es mucho mayor para las jóvenes que para los jóvenes. Falta, desde un mejor entendimiento de la problemática hasta la definición de una política pública efectiva. Con razón, Valledupar es la ciudad capital que de manera porcentual cuenta con el mayor número de jóvenes ninis. Un 23 % de ellos se encuentra en dicha situación ni-trabajan, ni-estudian, ni se capacitan. Cerca de 30.000 jóvenes en la capital se encuentran en dicha situación.
Estudios previos de CESORE han encontrado que el Cesar, tiene buenos estudiantes de primaria representados por sus resultados de pruebas SABER, pero regulares estudiantes de bachillerato y lo muestran los resultados arriba proyectados. Por ejemplo, en ciencias naturales el 78 % de los estudiantes se encuentran en los dos niveles inferiores de dichas pruebas y cómo mostramos en informes previos, los estudiantes de colegios privados en Valledupar obtienen mejores resultados que los estudiantes de colegios públicos y los hombres mejores que las mujeres. Estos son los jóvenes que van a enfrentar estudios universitarios con importantes falencias y en desventaja con estudiantes de otras capitales.
Mujeres y desempleo
El desempleo golpea más a las mujeres que a los hombres, prácticamente lo duplica en el departamento (19,3 % vs. 10.8 %) y es el tercero más alto del país para las mujeres. Por lo tanto, la nueva política pública que se construya en la capital, y en general en el departamento debe tener enfoque de género, es decir entre otras cosas priorizar y apoyar el empleo de mujeres. En formación y capacitación, en oportunidades de volver al colegio a terminarlo, en apoyo para emprendimiento de mujeres, en vinculación laboral preferencial para ellas, etc. Hay que iniciar dicha política pública con estrategias y proyectos dirigidos para las mujeres cesarenses, quienes son las más golpeadas por él desempleo.
Salud sexual y reproductiva
El 55 % de los nacimientos del Cesar están siendo de madres menores a los 24 años, inclusive el 23 % son de jóvenes entre 15-19 años. Esto no es una buena señal por la conocida trampa de pobreza que genera el embarazo adolescente. Una adolescente, normalmente no ha terminado su bachillerato y difícilmente retorna a los estudios después del parto, sobre todo si sus condiciones son de pobreza. Tiene que entrar al mercado laboral en condiciones de total precariedad, a recibir pagos muy malos que no les permitirán salir de la pobreza, sino todo lo contrario, perpetuarla.
En el mundo desarrollado, la tendencia es a retardar el primer embarazo, sobre todo con el fin de permitirle a las mujeres llevar a cabo un proceso de estudios en dónde puedan culminar el mayor número de años educativos antes de entrar a la maternidad. El Cesar necesita una política pública de salud sexual y reproductiva, sobre todo, para detener el descalabro de haber tenido en el 2.018, 246 madres entre los 10-14 años y la nada despreciable suma de casi 5.000 madres menores a 19 años.
Mujeres en las elecciones
Entre el 2011 y el 2015 se duplicó el número de candidatos a alcaldías que fueron exitosas en sus aspiraciones, pasando de 3 alcaldesas a 6, (La Paz, La Jagua, Curumaní, Chimichagua, Chiriguaná, San Diego) que es el 24% del total de municipios del departamento. Se requiere entonces seguir formando lideresas, tanto en lo político cómo en lo económico y social. Líderesas en lo comunitario, que sepan exigir sus derechos, que protejan a las mujeres y sigan en ese camino ascendente de conquista del poder, y que lo ejerzan con pulcritud, eficiencia y eficacia. De nada serviría si copian los vicios históricos de sus pares hombres, de corrupción e ineficiencia.
REFLEXIONES FINALES
• El campo se está despoblando y eso para un departamento agropecuario cómo el Cesar es de cuidado. Entonces hay que pensar como mantener a los campesinos en el campo y sobre todo como incentivar a los jóvenes que aún están allá, a quedarse.
• El desempleo juvenil es un flagelo mayor, junto con el desempleo que afecta en mayor proporción a las mujeres. Oportunidades para culminar los estudios o ingresar a estudios técnicos y universitarios es lo primero que hay que brindarles a los jóvenes y mujeres. Posteriormente, apoyo en formación para el trabajo y en generación empresarial y emprendimiento es otra de las estrategias a desarrollar.
• La calidad educativa es muy regular. Mucha más capacitación a maestros, mejor dotación de infraestructura, una alimentación escolar transparente y adecuada, un transporte escolar que comience a tiempo, etc., son las ya conocidas estrategias para obtener resultados en un mediano plazo.
• En salud sexual y reproductiva hay que contener el número de madres adolescentes, que para el año 2015 respondía al 20,2% del total de jóvenes de esa edad. Una de cada cinco adolescentes era ya madre o estaba embarazada. En el 2018 hubo la nada recomendable situación, que 246 niñas entre 10-14 años fueron madres, junto con otras 5.000 menores de 19 años. Muchísima educación sexual se requiere.
• Finalmente hay que seguir formando lideresas para su entrada en el campo político.
Por: CESORE